De la investigación al cuidado: cómo la neurología asturiana transforma la asistencia y la calidad de vida
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Hay lugares donde la ciencia no se mide solo en publicaciones, sino en calidad de vida. En el HUCA, el Grupo Clínico-Básico en Neurología estudia enfermedades como el ictus, el párkinson o el alzheimer con un propósito claro: que cada descubrimiento mejore la vida de las personas
16 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El Grupo Clínico-Básico en Neurología (ISPA-HUCA), coordinado por Elena López-Cancio y Victoria Álvarez, integra a neurólogos, genetistas, neuropsicólogos, rehabilitadores, fisioterapeutas, neurorradiólogos y biólogos para unir la ciencia y la práctica clínica.
Esa mirada transversal permite que la investigación básica se traduzca en mejoras reales para los pacientes.
Su trabajo se organiza en cuatro grandes áreas —neurodegenerativas, cerebrovasculares, desmielinizantes y neuromusculares—, todas con el denominador común de transformar la asistencia sanitaria a través de la innovación.
Entre sus proyectos más destacados figura una investigación multiómica sobre las bases moleculares del Alzheimer, situada entre las 25 mejor financiadas de España por el Instituto de Salud Carlos III.
También desarrollan dispositivos tecnológicos para detectar proteínas amiloides en pacientes con deterioro cognitivo y han impulsado el Laboratorio de Análisis del Movimiento del HUCA, premiado por la Real Academia de Medicina del Principado de Asturias.
La amplitud del grupo y la variedad de sus líneas hacen imposible recoger todos los proyectos actualmente activos en un solo texto. Los ejemplos citados representan solo una parte de la investigación que desarrollan los distintos equipos que integran el grupo.
«Todas nuestras líneas de investigación tienen un fin claramente traslacional y su objetivo es mejorar la asistencia al paciente que padece una patología neurológica», explican los investigadores.
Innovación y empatía al servicio del paciente
El paso del laboratorio al entorno clínico no es solo una meta, es parte del día a día del grupo. Sus proyectos combinan ciencia y experiencia humana para comprender cómo las enfermedades neurológicas afectan a la vida cotidiana de los pacientes y sus familias.
El proyecto IMPULSO, centrado en el impacto psicosocial del ictus en personas en edad laboral, analiza esas secuelas invisibles —cognitivas, emocionales o sociales— que condicionan la recuperación y la calidad de vida del paciente, y ha utilizado una aplicación móvil (NORA app) para mantener una comunicación directa con el paciente así como para evaluar estas secuelas mediante escalas validadas.
«Estas secuelas son de especial relevancia en los pacientes en edad laboral, y su detección, así como las estrategias para abordarlas, no están sistematizadas en nuestra práctica clínica habitual», señalan.
En la línea de enfermedades cerebrovasculares, el grupo está desarrollando un método basado en exudado nasal para diferenciar ictus isquémicos y hemorrágicos, antes de realizar un escáner. También participa en el proyecto europeo MetaboAD, que explora procesos metabólicos relacionados con la demencia tipo Alzheimer para encontrar nuevas dianas terapéuticas.
«Estamos analizando procesos metabólicos y de glicosilación aberrantes para avanzar en la identificación de objetivos terapéuticos en la demencia tipo Alzheimer», explican los investigadores.
Además de su labor investigadora en laboratorio, el grupo participa en ensayos clínicos nacionales e internacionales en distintas patologías neurológicas, lo que permite que los pacientes asturianos accedan a terapias innovadoras y tratamientos en fase experimental.
Entre los más relevantes figura un ensayo clínico en fase Ib para formas genéticas de demencia frontotemporal, que representa un paso significativo hacia la medicina personalizada en neurología.
Una neurología conectada con la sociedad
Con esta filosofía de trabajo, la neurología asturiana avanza hacia un modelo donde la prevención y la precisión se convierten en los pilares del cuidado, pues comprender las enfermedades es solo una parte del reto; acercar el conocimiento a la ciudadanía es la otra.
Por ese motivo, la unidad colabora activamente con asociaciones de pacientes —ASICAS, ADAFA, ASEMPA, APARKAS. AADEM o ASICAS— y participa en charlas, jornadas y campañas de concienciación en el Día Mundial del Ictus, el Alzheimer, el Párkinson, la Corea de Huntington o la Esclerosis Lateral Amiotrófica. .
También forma parte del proyecto europeo JADE Health, que promueve la prevención y detección precoz de la demencia en Europa; además, trabaja para reducir el estigma asociado a estas enfermedades.
Los integrantes del proyecto subrayan la importancia de dar voz a los pacientes y escuchar sus dificultades fuera del hospital, una forma de orientar mejor la investigación y mejorar la calidad de vida de quienes conviven con enfermedades neurológicas.
Paralelamente, desarrollan una intensa labor docente, impartiendo clases en grado y posgrado, acogen alumnos en prácticas y han dirigido más de diez tesis doctorales en los últimos años.
Apoyo que impulsa la innovación
Esa combinación de investigación, docencia y divulgación necesita estabilidad, en esta ocasión, llega de la mano de una financiación del Principado de Asturias -a través de la Consejería de Ciencia, Industria y Empleo-, convocada por Sekuens y gestionada por la Fundación para el Fomento en Asturias de la Investigación Científica y la Tecnología (FICYT).
Gracias a ella, han podido incorporar técnicos de laboratorio y gestores de ensayos clínicos, reforzando su capacidad para competir en convocatorias nacionales e internacionales.
«La financiación recibida nos ha permitido contratar personal gestor de ensayos clínicos/estudios observacionales y un técnico de laboratorio, lo que sin duda repercutirá en nuestra producción científica», subraya el equipo.
En definitiva, el Grupo Clínico-Básico en Neurología demuestra que investigar también es cuidar porque cada avance abre la puerta a un diagnóstico más temprano, una recuperación más completa y una vida mejor para los pacientes.