El control total del «segundo cerebro» que habita en tus intestinos

INNOVACIÓN

Microviable Therapeutics ofrece la posibilidad de trasplantar de forma más eficaz e incluso almacenar la microbiota para usos médicos

27 may 2020 . Actualizado a las 18:13 h.

Hay una comunidad de bacterias que vive en nuestros intestinos, en simbiosis con nuestro cuerpo; es lo que muchos conocen como flora intestinal aunque el término preciso es microbiota. Los billones de microorganismos que la forman tenen una relación directa con nuestra salud y también a veces, si las cosas se tuercen, con nuestras enfermedades. La posibilidad de modular, incluso de trasplantar si fuera necesario una microbiota sana a un individuo enfermo, todo un abanico de posibilidades para controlar esa comunidad de bacterias es el objetivo de la empresa asturiana Microviable Therapeutics y lo hacen con una serie de instrumentos de alta tecnología médica que les han llevado a trabajar con importantes hospitales de en España pero también con compañías de ámbito internacional.

Uno de los servicios altamente especializados que ofrece la empresa es kit GutAlive®. En numerosos procesos médicos es necesario tomar muestras de las bacterias de la microbiota intestinal, que se recogen a través de las heces. Pero muchas de esas bacterias son anaeróbicas, es decir, que no necesitan de oxígeno para vivir y, de hecho, al salir del organismo en contacto con el aire en el exterior empiezan a morir. «Nosotros creamos este dispositivo médico con el que transportamos la microbiota viva hasta el laboratorio. Tenemos un kit que ofrecemos a la comunidad científica, a los hospitales, para que trabajen con una microbiota en mejores condiciones»; explicó el CEO de la empresa, Rafael Martínez Permuy, quien indicó además que se trata de una patente creada por científicos del CSIC, de donde provienen muchos de los socios fundadores de Microviable Therapeutics.

Pero además la empresa ha lanzado la posibilidad de que congelar y guardar la propia microbiota de una persona por si pudiera necesitarla en el futuro y eso abre un gran campo de posibilidades para el desarrollo de curas de enfermedades relacionadas con las bacterias del intestino. «Es algo similar a la idea de guardar el cordón umbilical para almacenar células madre, o almacenar óvulos, el concepto es el mismo: usted guárdese la microbiota intestinal porque mañana es posible que la necesite por esas cien enfermedades que se está estudiando que pudieran tener relación con ella». La medicina ya conoce de hecho el concepto de trasplante fecal que consiste en trasladar microbiota sana a un individuo enfermo en el caso de que alguna de las bacterias de su organismo sea resistente incluso al tratamiento con antibióticos. El almacenaje que ofrece la empresa asturiana es como guardar una copia sana de la flora intestinal personal.

«Algunos llaman a la microbiota el segundo cerebro, por esa relación con tantas enfermedades, si la consideramos como un órgano más, un órgano importante, es como si tuviéramos una copia de nuestro cerebro, de nuestro pulmón, o del hígado; la empresa te da la posibilidad de tener una copia para el futuro, por si acaso le falla», destacó Rafael Martínez Permuy.

El origen de la compañía está en el año 2016, cuando varios investigadores que entonces desarrollaban su trabajo en el Instituto de Productos Lácteos de Asturias, el IPLA, dependiente del CSIC comenzaron a pensar en que sus productos podrían tener una aplicación comercial. En su desarrollo para concretar esa idea en la puesta en marcha de una empresa tuviero un papel fundamental los instrumentos desplegados por el IDEPA. «Tienen esa voluntad pero son sólo científicos y acuden a un programa del CEEI denominado 'Se busca CEO', ahí es donde me conocen a mí que soy una persona con más de 20 años de experiencia trabajando en multinacionales del sector salud y de alguna manera se junta el perfil científico con el perfil de desarrollo de negocio, las dos partes vemos el encaje, el potencial y decidimos presentarnos a los premios CEEI», explicó Rafael Martínez Permuy. Ganaron el premio y también contaron en el desarrollo de la empresa con las líneas de apoyo de Asturgar y, en todavía en el presente, con Asturex de cara a llevar sus productos al mercado internacional. 

«Una empresa de base tecnológica tiene altas necesidades de capital, pero incluso con dinero, el apoyo del CEEI y del Idepa o de Asturex va un poco más allá, porque sin una orientación el dinero lo puedes malgastar. Hay como un itinerario que te arma de lógica, no sólo es necesario ese apoyo sino diría imprescindible, hay que seguir las etapas correctamente», insiste el CEO de la compañía que apuntó que entre sus proyectos futuros se encuentra llegar a acuerdos con compañías, con una presencia ya consolidada en EEUU en el mercado de congelación de cordón umbilical para que pudiera ofrecer también el servicio de almacenaje de microbiota que ofertan los asturianos.

De cara al futuro, Martínez Permuy señala cuentan con planes a corto plazo, la internacionalización -en el presente ya trabajan con hospitales como el Ramón y Cajal o el General de Valencia- además de consolidar sus proyectos con varias multinacionales del sector biomédico. Pero con más perspectiva «la gran visión es generar un probiótico de última generación, una combinación de microorganismos que tenga un gran impacto en alguna enfermedad». Piensa, por ejemplo, en el acos de la Akkermansia, una bacteria de la microbiota que, según diversos estudios, tiene una relación directa con la obesidad y la diabetes. ¿Y su se pudiera conseguir una píldora con la que se empezara a adelgazar?