¿Sabe Bill Gates lo que cuestan las cosas en el súper?

Iago García
Iago García LA VOZ | REDACCIÓN

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THE ELLEN SHOW

El multimillonario visitó ayer el show de Ellen Degeneres y no dejó a nadie indiferente con su participación en un improvisado concurso a lo «Precio Justo»

22 feb 2018 . Actualizado a las 20:18 h.

Pocos comunicadores manejan los tiempos y el ánimo de los entrevistados como Ellen DeGeneres. Su show es un must en la parrilla estadounidense. Y saca (con sus guionistas incluídos) lo mejor de cada invitado. Bill Gates era la estrella entrevistada ayer. A priori nada novedoso. El multimillonario de Microsoft contaría cómo se convirtió en un joven adinerado o sus actuales actuaciones solidarias en la fundación que tiene junto a su mujer. Nada del otro miércoles.

Despachada la exigencia que probablemente Gates hizo para sentarse en el sofá, le tocó a DeGeneres coger el timón. Ambos se levantan, y a sus espaldas aparece una gigantesca pantalla con grafismo de concurso (se lee: las cuentas del supermercado de Bill; más gracioso en inglés dado que el nombre del fundador de Microsoft y cuenta se escriben igual, Bill).

Ella, tras explicar la dinámica de esta especie de «precio justo» en el que debe adivinar el coste de los productos, le suelta de manera natural: -¿Cuándo fue la última vez que usted ha estado en un supermercado?. Gates, al instante, contesta sincero: -Hace mucho tiempo. «Esto será interesante», dice entonces DeGeneres desatada ya la risa del público.

Y lo fue. Interesante, y por momentos, dramático para el multimillonario. Bordeó el zapaterismo al principio. Término al que podemos referirnos recordando la célebre desconexión presidencial de la realidad cuando el gobernante estimó hace una década el precio de un café en 80 céntimos. «Eso era en los tiempos del abuelo Pachi», le replicaba ante su error el jubilado que se había dirigido al político en el formato de TVE Tengo una pregunta para usted

Gates falló el precio del arroz (dijo que un paquete de un kilo valía 5 dólares y no uno) y el del detergente (las cápsulas costaban 20 y las valoró en la mitad), pero clavó el precio del hilo dental y se aproximó correctamente tanto al de los snacks como al de la comida congelada precocinada. Quizás el magnate deba apostar por otros productos en su dieta. Dinero para hacerlo no le falta.