Un joven con síndrome de Asperger da una lección de vida en «First Dates»

A.I.

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Jordi acudió al programa para encontrar el amor y mostrar una realidad muchas veces oculta en televisión

23 feb 2018 . Actualizado a las 20:29 h.

Jordi acudió a First Dates para encontrar el amor. El programa de Cuatro presentado por Carlos Sobera sigue mostrando una realidad a veces imperceptible. En este caso el protagonista fue Jordi, un joven catalán de 25 años que llegó para normalizar una situación invisible en televisión, el síndrome de Asperger. «Nací con una condición especial, asimilo la información de otra manera. Tengo síndrome de Asperger. Esto no es un camino de rosas. Es querer transmitir algo lejos de lo que es el canon de una persona normal» explicó con una dulce normalidad Jordi.

El joven llegó a la cita para conocer a Lorena, una chica también de Barcelona, con la que mostró mucha complicidad desde el principio. Se sentaron en la mesa y Jordi no dudó en contarle abiertamente a su cita el «problema» con el que convive desde que nació. «Considero necesario que la otra persona conozca mi problema para que no piense que estoy loca, tiene que ser algo honesto» le dijo Jordi a Lorena, nada más sentarse. «Nací sin el manual de la vida; es decir, socializar, empatizar, ver el lenguaje gesticular, el tono, el sarcasmo y un montón de cosas que están diferenciadas de lo que viene siendo el habla». 

Lorena reaccionó de forma increíble y valoró la sinceridad de Jordi. «Me ha gustado que hable abiertamente porque no es nada malo». Tras esta primera reacción, el joven siguió relatando una infancia no demasiado sencilla debido al síndrome de Asperger, con casos de acoso escolar incluidos.«Me he estado pegando con niñatos. Lo que no soportaba era que entre tres, cuatro, me empujaban y luego se reían. Eso dañaba mi ego. Yo me callaba mis problemas en casa», reconoció.

Pero el objetivo de la cita, que era encontrar el amor, dio sus frutos. Jordi abrió su corazón y afirmó que «la cita me ha encantado extrañamente. Ha sido algo inesperado y pensaba que no sería tan fácil y que me comería el miedo». La cita finalizó con un tímido beso en los labios de la pareja. Cupido había hecho su trabajo.