El emocionado agradecimiento de un padre al personal de la sanidad pública que salvó a su hija

C. Aldegunde

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Imagen de archivo
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Alberto Lizaralde compartió la historia de su pequeña Marina, que tuvo que ser operada de corazón con tan solo un mes

29 may 2018 . Actualizado a las 18:25 h.

Hay historias que te reconcilian con el mundo. Que provocan un rayo de esperanza en medio de los días grises, los problemas diarios, las noticias negativas que copan los telediarios, las pequeñas tragedias cotidianas que a veces te hacen nublar la mente y pensar que otro mundo (mejor) no es posible. Lo que cuenta el fotógrafo Alberto Lizaralde en su cuenta de Twitter es de esos testimonios que te reconcilia por momentos con el mundo, y que hace que vuelvas a creer en que al final, el sistema funciona por la voluntad que ponen muchas personas anónimas para que así sea. Alberto Lizaralde narra en un hilo de Twitter el final feliz de una historia que podría no haber sido así, en una especie de homenaje a todos esos héroes anónimos, sin el reconocimiento que merecen, que luchan cada día para obrar milagros que generalmente pasan casi desapercibidos para mas allá de los que les ha tocado (por desgracia) vivirlos en sus carnes. 

Porque la historia de un nacimiento, casi siempre feliz y sinónimo de una alegría desbordante, se tornó en tragedia cuando a su hija Marina le descubrieron una cardiopatía congénita que obligaba a operarla del corazón cuando apenas tenía un mes de vida. 

Alberto Lizaralde narra cómo un doctor notó algo raro en su corazón cuando estaban a punto de irse a casa a comenzar la emocionante y vertigionosa aventura de irse a casa con un nuevo miembro de la familia. 

En pocas horas todo cambió, y de pensar que tenían una recién nacida sana, les dieron un duro diagnóstico: «estenosis pulmonar severa». 

Así que ahí comenzó lo que él mismo ha bautizado como «una cadena de magos que salvaron» la vida de su hija «uno tras otro, siempre con profesionalidad, con respeto, delicadeza y una sonrisa». 

«Imaginad el trago. Tú pensando que te vas a casa con tu hija y te dicen que su vida corre mucho peligro», asegura en el hilo de Twitter. 

Explica que, conmocionados y aterrados por el diagnóstico, todo el personal les fue dando datos «con un respeto y una delicadeza máxima. Nos hicieron un esquema para que entendiéramos cómo funcionaba su corazón». 

Más adelante llegó el traslado al Hospital de La Paz y el cariño con el que les trató desde el médico hasta el último sanitario implicado. 

«Jamás en mi vida he conocido gente tan profesional y humana. Cada día tratan con padres a los que la vida les ha dado la hostia más grande. Unos somos calmados, otros histéricos, todos con mucho dolor por dentro», describe. «Pero seas como seas ellos siempre te van a cuidar, te van a decir una palabra tranquilizadora, te van a transmitir energía. Es como si todo el rato te estuvieran diciendo 'tranquilo, es duro, pero vamos a dejarnos la piel en salvar a tu hija'. Y así es», añade. 

Alberto Lizaralde confiesa sus momentos de bajón y cómo una enfermera, todo un ejemplo de humanidad en medio de la tragedia, lo consoló. 

El fotógrafo se dirige en un momento dado directamente a los que allí trabajan: «Si trabajas ahí y estás leyendo esto quiero decirte algo: Lo que haces es muy, muy importante. Si llevas poco tiempo en ello por favor no pierdas esa energía ni esas ganas. No te permitas caer en la rutina. Eres importante», asegura. «Sin gente como tú nos vamos a la mierda», afirma. 

«Gracias», añade. 

Y destaca especialmente la calidad humana de unos trabajadores que «muchas veces tienen que doblar turnos en exceso y dar más horas y esfuerzo del que deberían». «Sois magos», resume. 

A partir de ahí carga contra la clase política, que lleva décadas según él, olvidándose de la sanidad pública. 

Y muestra algunos de los trucos de magia que el personal se ve obligado a hacer para suplir la falta de materiales o de mantenimiento. 

En medio de las tiernas fotos en las que se ven las manos o los pies de su hija, en algunos momentos rodeada de cables, arremete contra la corrupción política. «Después de pasar por aquí y conocer a esta gente piensas que deberían cobrar 3 veces más de lo que cobran», asegura. «Por eso me hierve la sangre cuando veo a políticos corruptos robando dinero público. Porque se lo están robando a los que trabajan aquí. Y se lo están robando a tu hijo recién nacido enfermo», añade. 

Finalmente, todo salió bien. «Los magos hicieron su mejor truco. El público se puso en pie», rememora:

También comparte la «extraña» relación que se genera entre los padres que tienen allí a sus hijos. Aunque la mayoría se salvan, algunos son pueden. Y eso se convierte en un mazazo para todos los que tienen allí hospitalizados a los que más quieren. 

Alberto Lizaralde dedica un especial agradecimiento a la Fundación Menudos Corazones por el apoyo que les brindó .

Y envía un mensaje a otros padres que puedan encontrarse en una situación similar a la suya. «Piensa que un montón de gente se va a dejar el pellejo en él. Va a ser duro, largo, terrorífico, probablemente la peor experiencia de tu vida. Pero debes confiar», asegura.