Maribel Verdú: «La felicidad de mi vida es mi marido»

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Ruben Vega

Odia la mentira, va siempre con la verdad por delante, «mal que me pese», y es todo lo contrario a Leyre, la protagonista de «Ola de crímenes», la segunda de las tres comedias que estrena este año y con la que aterrizó ayer en la cartelera. No soporta la queja ni vivir lejos de los suyos: «Me gusta mi zona de confort, que ya he sufrido mucho y he estado muy sola por ahí hace años». Quizás por eso está a punto de celebrar su 20 aniversario junto a Pedro Larrañaga, con el que forma una de las parejas más sólidas del mundillo

07 oct 2018 . Actualizado a las 20:42 h.

Nunca se sabe si la tuya es la primera o la última entrevista del día para Bel, como la llaman sus íntimos. Todas las afronta con la misma energía con la que enfila su vida: «¡Qué coño, pero si soy una afortunada, que tengo trabajo y puedo promocionarlo!», exclama. A sus 48 años, desborda ilusión y no soporta el victimismo: «Yo me levanto por las mañanas con una idea en mi cabeza, que es hacer la vida fácil alrededor, ¿sabes?».

-Te ha tocado un año de comedia. «Ola de crímenes», «Superlópez», que se estrena el 23 de noviembre, «Sin Rodeos», que ya la hemos visto... ¡Estás en todas!

-Sí, totalmente. Este año las tres comedias. Yo toda la vida arrastrando los dramas y de repente, cómo es esto, ¿no? Este año estreno una comedia y otras dos, tres, ¡para que veas!

-«Ola de crímenes» es una comedia negra. Leyre, tu personaje, le dice al cadáver de su marido: «Ni muerto me vas a dejar en paz». Tiene un punto muy desquiciado.

-Ella es una desquiciada, pobrecita, es que además le falta un hervor y todo le supera, ¿sabes? Lo que pasa es que da mucha ternura a la vez.

-Ese desquicie es bastante contrario a ti, ¿no? O al menos a lo que transmites.

-Yo soy lo contrario a Leyre, absolutamente. Ni se me ha pasado por la cabeza esta situación. Además yo que odio la mentira, que voy con la verdad por delante, mal que me pese muchas veces. No, no, yo sería... ¡madre mía! No quiero ni pensarlo. Pero en este caso entiendo lo que hace mi hijo, ¿eh?, porque no puede más. Está harto de un padre que no hace más que meterse con él, que le parece todo un horror, y llega un momento en que no puede más y se lo carga. Dice: ‘¡Hala, a la porra!’. Claro, y tú lo que tienes que hacer es esconder eso, que nadie sepa que ha sido tu hijo, inventarte lo que sea, echarte a ti la culpa. Entonces se va metiendo en una detrás de otra.

-A ti siempre te vemos feliz, contenta, incluso en las promociones.

-Cariño, es un trabajo, una cosa que sí, que es durísima, pero tía, también gracias a esto la gente sabe que hemos hecho un trabajo y que esto está ahí y existe. La gente te hace entrevistas y te saca en los medios, entonces uno tiene que ser también coherente y decir: ‘Claro, me gusta mucho rodar y hacer teatro, pero también la gente tiene que ver lo que he hecho’. ¿Y eso cómo se hace? Pues promocionando. Yo me pongo el chip además de decir: ‘¡Qué coño, pero si soy una afortunada, que tengo trabajo y puedo promocionarlo!’. Yo es que en mi vida lo del drama... Es que te

FOTO: RUBÉN VEGA

1 INICIOS CON «CANGUROS» 2 SU SEGUNDO GOYA 3 UNA NIÑA EN EL CINE 4 TAQUILLAZO TOTAL

pueden pasar cosas terribles, pero lo del victimismo y la queja constante y todo eso no lo soporto, es que lo llevo muy mal. Conozco gente a la que le pasan cosas terribles, que tiene una vida de mierda, y que con su actitud lo salva todo. Creo que en la vida todo es una cuestión de actitud. Y desde luego, a mí me gusta la que tengo.

-A ti y a mucha gente. Todos los que trabajan contigo tienen buenas palabras hacia ti.

-Bueno, me alegro. La verdad es que primero mi carácter es así, soy una mujer dispuesta y alegre, pero también me levanto por las mañanas con una idea en mi cabeza, que es hacer la vida fácil alrededor, ¿sabes? Porque es una manera de hacértela a ti y que la gente esté a gusto y contenta y bien.

-Repites con Gracia Querejeta.

-¡Vamos a hacer la quinta en primavera!

-Es una de tus directoras de cabecera.

-Absolutamente, aparte de que es mi amiga, que la adoro y nos entendemos increíblemente. Lo que me pida yo voy a entregarme a saco porque sé que me voy a tirar a la piscina, pero que nunca me voy a ahogar, que no me va a dejar. Y no sé, es que además es la primera comedia que hacemos así las dos.

-Con ella ya ganaste un Goya, a ver si volvemos a repetir.

-¡Nooo! Eso ya te aseguro que no.

-¿No? ¿Por qué lo tienes tan claro?

-No, no, porque es comedia. Quiero decir, comedia, Telecinco... ¡Uo uooooo!, es mainstream, no existe. Aquí sufro de otra manera, no es un sufrimiento como para que me nominen, no, no.

Ruben Vega

-Da la sensación de que rodar fuera no es un paso que te hubiese compensado dar. ¿El secreto de la felicidad es apreciar lo que uno tiene?

-Yo sí lo hago, sobre todo ya no apreciar lo que uno tiene, sino pensar si te puede compensar lo otro y si te hace feliz la idea. A mí si la idea me inquieta, me remueve, me reconcome... digo: ‘Ay no, no’. Y si de repente me siento feliz y pienso: ‘Qué bien estoy aquí con estos proyectos’, pues los cojo. Yo sé que hay gente que dice: ‘No, es que hay que salirse de la zona de confort’. Bueno, pues a mí no me gusta. Me gusta mi zona de confort, que para eso se llama zona de confort. Que ya he sufrido mucho y ya he estado muy sola por ahí hace muchos años, en rodajes lejos de todo el mundo, que no conoces a nadie. Y yo ya no quiero eso, quiero estar rodeada de gente que me mole y... ¿sabes lo que te digo? Con un idioma cercano y con personajes que me llenen.

-¿Y te veremos en alguna serie? Creo que las plataformas están tentándote...

-Sí, ahí está, hay ahí un proyecto futuro para el año que viene que puede estar muy bien, pero te juro que es que no puedo decirte nada, ojalá pudiera. Pero por lo menos, por primera vez en años, he dicho: ‘Ah, me lo voy a plantear’.

-Antes había un punto de vista algo esnob hacia los actores de televisión.

-Yo nunca, yo empecé en televisión con Canguros y hoy en día además piensas en los actores más importantes del mundo y hacen televisión. Es que ahora gracias a las grandes plataformas no tienes que aguantar esas cosas de las teles generalistas que a mí me dan tanto miedo. Decir: ‘Empezamos con una serie nueva’. Y después: ‘Bueno, vamos a hacerles la competencia y vamos a poner Gran Hermano’. Entonces digo: no quiero, no quiero vivir así, no me apetece. Quiero saber que estrenas una serie y que nadie te va a hacer daño ni va a intentar joder el trabajo de todo un equipo y de meses de esfuerzo.

-¿Cómo sería tu serie ideal?

-A mí es que me gustaría una de esas miniseries de cuatro o cinco capítulos, pero qué va, siempre es como series de esas largas, protagonista... Que dices: ¡uuuuf! Y luego de repente yo las leo y digo: ‘Es que a mí me gusta ese papel’. Y te dicen: ‘Ya, pero es que ese papel es muy pequeño para ti’. ¡Pero si es el que me gusta!

-¿Y a qué serie estás enganchada?

-Jo, tía, estoy ahora mismo... Me he visto ahora mismo todas, todas.... la segunda de no se qué, la tercera de tal, la cuarta de cual... Y ahora estoy en un momento de terror, de decir: ¿qué hago? Entonces voy a ver una francesa que me dijeron que es muy buena, Oficina de infiltrados.

-De no ser actriz, ¿que hubieses sido?

-Es que siempre decía de pequeña que corredora de ralis, porque yo quería ser Luis Moya, el copiloto, ahí con Carlos Sainz. Era como mi pasión, pero ya no lo es. Antes jugaba a elegir cosas, pero es que me gusta mucho lo que hago.

-Además te gusta ser actriz, no la producción ni la dirección.

-Pero sería una actriz cantante, pero cantante rollo de abrir la voz y ser Barbra Streisand, ¿sabes? A lo bestia, y además tocar el bajo. Me gustaría ser una actriz, cantante, que toca el bajo, que da conciertos y se pasa la vida en patinete.

-Pues todo es ponerse.

-¡Ja, ja, ja! No, ahora con mis rodillas es muy bien empezar con el patinete, con 48, de puta madre, ja, ja.

Jorge Alvariño

-Es verdad, has cumplido 48.

-Sí, el día 2.

-¿Es todo genética?

-Hombre, hay una parte de genética muy de mi padre bestial, eh, ya te lo digo. Tiene que haber, porque yo soy una persona que no como fruta, porque no me gusta. Lo compenso porque me gusta mucho la verdura, eh, y las ensaladas. Pero me gusta todo tomarlo con mayonesa, desayuno galletas migadas en leche... A ver, que no como de estos que comen... ¿cómo se llaman estas cosas raras que son como raras? Sémola de no sé qué, quinoa... Ahora, ¿que me llevas a un sitio de estos? Pues como quinoa, pero también como hamburguesas. Yo no me cuido a la hora de la comida para nada, pero a ver, también compenso y si un día me paso comiendo, joder, no ceno...

-Eres muy activa.

-Sí, yo ando como si no hubiera un mañana. Ando, ando y ando, todo el rato. Si puedo, voy a todos los sitios andando. Hoy tenía ensayos y ya me iba a recoger un coche y he dicho: ‘Oye no, voy andando’. Y 45 minutos. Ayer estaban como a una hora, pero me fui andando a las pruebas de vestuario y me he vuelto andando. Ando mucho, pero a paso rápido con mi música. Es mi vicio. Luego, un par de días a la semana si no estoy rodando entreno, pero en plan TRX, no hago locuras, ni corro, no, no, no. Hay mucho de genética, de verdad. Claro que también me apunto a mis tratamientos. Tía, a ver, que yo me cuido también. Pero luego también bebo y fumo, ¿sabes? Todo se trata de ir compensando.

-Vamos, que vives.

-Ahí está, vivo. Y sobre todo lo hago todo como sin pasarme. Entonces mola, porque no tengo que dejar nada. Tú me entiendes.

-Perfectamente. ¿Tus primeras veces fueron antes en el cine que en la vida?

-Siempre, así es. Date cuenta que empecé con trece años, fumé antes en el cine, hice antes el amor en el cine, me drogué antes en el cine... Todo lo hice antes en el cine.

-Tú de niña eras Bel y jugabas al fútbol.

-Sí, pero aún ahora toda la gente cercana y en rodajes y demás me llama Bel. Y jugaba al fútbol, mi padre era entrenador de un equipo femenino en el barrio y jugaba de delantero centro.

-No, si no ibas a ser defensa. A ti te va la caña.

-Sí, sí, ya te das cuenta, ¿no? Desde pequeñina ya.

-¿Cuál es tu lema?

-Pues mira, sé tú e intenta ser feliz, pero ante todo sé tú. Ese es uno. Y luego hay una cosa que es esa gente que se mete en la vida de todo el mundo. Nooo, tío, que la gente haga lo que quiera, de verdad, basta de prejuicios, de mentes cerradas, de intolerancias. Que la gente haga lo que quiera. Hombre, que no vengan a apuñalar, ¿entiendes? Pero deja a la gente que viva, que haga lo que le dé la gana si a ti no te afecta. Eso de estar todo el rato comentando lo que hace todo el mundo y poniendo en evidencia es que me da mucho por culo. Y luego hay una frase mía genial cuando me dicen: ‘Maribel, te apuntas a esto?’. Yo siempre digo: ‘Sí a todo’. Porque yo no me quiero perder un disfrute, una quedada, un algo. Yo sí a todo.

-Si te digo pingüino, ¿qué me dices?

-Pues mira, mientras hablo contigo estoy enganchada a uno chiquitito. Uno precioso, de tela monísimo, hechito a mano y que es el último que me compré este año, no sé dónde... ¿en qué país he estado? Y ahora estoy mirando uno que tengo aquí blanco gigante, otro que me regaló Mikel Rueda de un anticuario... Vivo rodeada.

-¿Es tu talismán?

-No, pero me acompañan desde chiquitina. Yo vivía con mis abuelos y mi funda de las almohadas era de pingüinos. Yo creo que debe de venir de ahí, eh. Y llevo dos tatuados, uno y otro, los dos juntos.

-¿Y qué harías sin libros?

-Es que me aburriría muchísimo. Mira, yo voy con el libro a las pruebas de vestuario, a los ensayos, y me vengo andando. Y paro en los semáforos, y mientras se pone verde, leo. Porque... ¿qué hago en el semáforo parada de brazos cruzados? No, pues aprovecho y leo. A ese nivel estoy. Sin libros me aburriría. No tengo hijos, no cocino, no tengo ordenador... ¡Yo leo!

-Publicamos un reportaje en el que los expertos decían que a los 20 años de matrimonio, hay más riesgo de divorcio. Pedro y tú ya vais por los 19...

-Sí, el año que viene hacemos 20. Y te aseguro que está muy lejano eso, que a mí me pase. Pero muy lejano. Porque yo... la felicidad de mi vida es esa, mi pareja. Así te lo digo.

-Pues con las agendas que tenéis no es tan fácil.

-Desde luego que no, pero yo priorizo mi vida por encima de todo, vamos, de mi trabajo y de todo. Porque es lo mejor que me ha pasado.