Meghan Markle se convirtió en princesa de cuento. Se casó con Harry y todo el mundo la amaba. La multitud se agolpó y esperó durante horas para verla pasar el día de su boda. Y, de repente, parece que todo se ha vuelto en su contra y la opinión pública ha comenzado a echarse encima de ella. Parece que quienes trabajan para ella dicen que la chica es complicada. Aseguran que tiene un trato más bien difícil. Lo último ha sido la dimisión fulminante de su asistente personal, Melisa. Pero no fue la única. También lo hicieron Edward Lane Fox, el secretario privado de Harry, en abril de este año, solo un mes antes de la boda; y después Samantha Cohen, sucesora de Lane Fox y mujer de plena confianza por parte de la reina Isabel II. Dicen los que trabajan en el entorno que, o se hace lo que Meghan dice, o hay problemas. Algunos medios italianos, incluso, la han calificado de «déspota y arrogante», y aseguran que la mujer de Harry tuvo una buena bronca con la reina por empeñarse en lucir en su boda una tiara que no estaba en el protocolo. Parece también que el carácter de Meghan ha provocado un distanciamiento entre los hermanos, Harry y William, por la forma en la que ella trata al personal, algo a lo que no estaban acostumbrados con Kate Middleton, que siempre ha sido muy correcta y nunca ha causado problemas de este tipo.
La imagen
Para acallar rumores. Los que parecen más felices que nunca, o al menos así lo han difundido en las redes, son Piqué y Shakira. Como los rumores de problemas en la pareja no cesan, y hacía mucho tiempo que no compartían su felicidad con el resto del mundo, ambos decidieron colgar una imagen de una cita romántica con la que, dicen, hace mucho tiempo que soñaban. Algo normalito: una cena y unos momentos de intimidad, como cualquier pareja de mortales. Y como testimonio de su amor compartieron un selfi, eso sí, sin ningún tipo de comentario adjunto. Y lograron un millón de likes, que no es poco.