Vivian, la hija de Gisele Bündchen y Tom Brady, la gran protagonista de la Super Bowl

LA VOZ REDACCIÓN

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Una noche en la que Maroon 5 no logró brillar apesar de la lluvia de fuego y cohetes

04 feb 2019 . Actualizado a las 13:50 h.

Esta madrugada tenía lugar el acontecimiento deportivo anual más importante de Estados Unidos, la Super Bowl, esa gala, porque casi es más una gala que una final de un partido, donde la población americana se divide a partes iguales y donde más de medio mundo está pendiente.

La Super Bowl es un gran acontecimiento donde se une deporte, pasión, música y muchos ceros a las arcas americanas. Para que nos hagamos una idea, algo más de 4 millones y medio de dólares por 30 segundos de anuncio. Este año aparecía Harrison Ford con perrito incluido o la finísima Carrie Bradshaw brindando con una cerveza con El Nota, el personaje al que Jeff Bridges da vida en El gran Lebowski de los hermanos Coen.

Pero ni la interpretación de Sarah Jessica Parker ni la de Jeff Bridges pudieron poner mucho color a una gala, definida como aburrida y es que la actuación de Maroon 5 no ha conseguido eclipsar a las actuaciones de otras artistas femeninas que amenizaron la final por excelencia del fútbol americano. Parece que son ellas, más que ellos, los que consiguen poner luz en la Super Bowl. Beyoncé, Katy Perry, Madonna, Lady Gaga fueron más llamativas que el grupo de Adam Levine.

Ni que él, a modo de cebolla, fuera haciendo su estriptis particular donde acababa quitándose, el abrigo, la cazadora y la camiseta y tirando de dorsales y pectorales, pudieron competir con actuaciones de otros años. 

La puesta en escena para la mitad del partido no convenció frente a otras actuaciones de ediciones pasadas. Eso por no olvidar el show que protagonizaron Janet Jackson y Justin Timbarlake, tirando de pezón de la cantante y por el que desde entonces, el show -para evitar sustos- va en con un retardo de unos segundos de diferido. Aquello fue un ¡oh my god! algo que nadie se escandalizará con el de Adam Levine. ¿O sí? La actuación recordaba a la de Timbarlake y Janet y ya se han empezado a levantar las voces...

Curiosa es la vida que el que comenzó a hacer arder la super bowl, fue el propio hermano de Janet, Michael Jackson allá por el año 1993 cuando se jugaban la final en Dallas, los Cowboys frente a los Buffalo Bills. El ídolo de millones de personas daba un giro a una final que, desde entonces, siguen millones de incondicionales con un gran espectáculo de algo más de 10 minutos en el que interpretaba desde Moonwoalker a entonar el mítico We are the world que con miles de voces de niños y jóvenes de distintas razas dio la vuelta al mundo.

Este año lo que ha dado la vuelta al mundo no ha sido una canción sino las alitas de pollo que se han consumido en el país americano, y es que si aquí tiramos de pizzas, hamburguesas o sushi para amenizar un partido, en USA tiran también de alitas de pollo. Según el Consejo Nacional del Pollo, esta pasada noche se han consumido más de 1.300 millones de alitas de pollo, con las que se podría dar tres veces la vuelta al mundo, eso por no olvidarse de los más de 1.200 millones de cerveza y el aguacate mexicano. Sí, mexicano, del cual se exportan más de 120 millones de toneladas desde semanas antes.

Menos mal que ganó el equipo de Tom Brady, los New England Patriots que ganaron de 10 a Los Angeles Rams. El fubolista americano más veterano de la NFL, su mujer Gisele Bündchen y su hija se convertían en los grandes protagonistas del partido de Super Bowl y en especial la pequeña, que estaba feliz con el triunfo del equipo de papá. Vivian Brady de seis años se metió al público en el bolsillo. Emocionada, no paraba de besar, ni de abrazar a Brady. De lo más graciosa se colgaba del cuello de papi y respondía incluso a los periodista. Sin duda todo un espectáculo, que ni ella ni Brady, ni la modelo brasileña podrán olvidar.