Brad Pitt: «Crecí con esa idea de masculinidad que te impone no mostrar tus debilidades»

María estévez LOS ÁNGELES / COLPISA

INFORMACIÓN

Brad Pitt, a finales del pasado agosto, en la alfombra roja de Venecia, donde presentó «Ad Astra» en la Mostra
Brad Pitt, a finales del pasado agosto, en la alfombra roja de Venecia, donde presentó «Ad Astra» en la Mostra YARA NARDI | Reuters

El actor estrena «Ad Astra», dirigida por el realizador neoyorquino James Gray, una épica e intimista película de ciencia ficción que representa «un viaje íntimo del alma»

03 oct 2019 . Actualizado a las 19:54 h.

Ad Astra, la película dirigida por el realizador neoyorquino James Gray y protagonizada por Brad Pitt, llega este viernes a las salas de cine españolas. Épica y también intimista, lo cierto es que la cinta no acababa de encontrar acomodo en la cartelera. En ella, Pitt da vida a Roy McBride en su viaje para encontrar a su padre en lo más recóndito del sistema solar. El actor, que este verano estrenó Érase una vez en... Hollywood, parece un claro contendiente a los Óscar en la categoría de mejor actor, aunque, como él mismo confiesa, no tiene intención de postularse. Reconoce, eso sí, que no le gustaría volver al pasado y tener que empezar de nuevo porque le gusta (y disfruta) el éxito.

-«Ad Astra» es una película que habla de la vulnerabilidad.

-Crecí en una época en la que te imponían esa idea de masculinidad que consiste en ser fuerte, no mostrar tus debilidades, que no te falten al respeto... Hay un gran valor en ello, pero también crea barreras dentro de uno mismo porque te niegas, en cierto modo, el dolor o todo aquello que te hace sentir vergüenza, ya sea real o imaginado. Estamos proponiendo que quizás haya mejores planteamientos porque al abrirte creas mejores relaciones con la gente que quieres y contigo mismo. Al final del día, eso es realmente lo que buscamos.

-¿Cómo ve esta película?

-Es una producción que trata sobre la honestidad con uno mismo. En la vida uno no debe preocuparse tanto por los likes y sí por ser abierto y vulnerable consigo mismo. A veces, eso nos lleva a lugares oscuros pero lo importante es no engañarse. Durante el rodaje, James y yo no mantuvimos la típica relación entre hombres. Él solía enviarme mensajes muy personales, exponiendo ideas sobre su vida. Eso definía el día de trabajo. Fue muy valioso y una experiencia única.

-Tras el estreno de «Ad Astra» y «Érase una vez en... Hollywood», sin duda usted se postula como favorito a los Óscar.

-Todos los años vemos a grandes actores reconocidos y no reconocidos por su trabajo en el cine, cuando te toca la lotería es divertido y cuando no se lo lleva algún amigo tuyo. En mi caso lo dejaría así.

-Casi podría decirse que «Ad Astra» es una metapelícula. Usted ha llegado al filme tras uno de sus peores años.

-Y yo que pensaba que no era tan malo [bromea]. He tenido muchísima fortuna con este filme porque es sensacional.

-Lo que Hollywood le ha hecho, se ve reflejado en el filme. ¿Ha exorcizado sus demonios a través de este personaje?

-Vengo del medio oeste americano. Lo cierto es que para mí fue muy emocionante cambiar de vida y mudarme a Los Ángeles durante mi juventud. Quería vivir rodeado de la industria de Hollywood, el emplazamiento donde se rodaban las películas. Todavía recuerdo con emoción el día que pisé un gran estudio por primera vez. Ese sentimiento no te abandona nunca. De alguna manera, sigo siendo el tipo de Misuri a quien todo lo que ve en Hollywood le conmueve. Reconozco que es difícil el camino, que uno se viene abajo cuando no consigue trabajo o cuando la respuesta a lo que haces es negativa. Eso desmoraliza mucho, pero me apasiona contar historias, aprender y mejorar mi interpretación. Es un arte que necesita ejercitarse. Todos los actores necesitamos atención, que la industria nos quiera, pero es cierto que en este foro yo he encontrado a la gente más fascinante, curiosa, inteligente y sabia.

«No echo de menos los años de fracasos, de llamar puertas»

Mirando hacia atrás, Brad Pitt asegura que no echa de menos algo de aquellos años, de hace más de dos décadas, cuando el futuro no era como ahora, cuando peleaba desde abajo.

-Nada, tal vez añoro el anonimato. No echo de menos aquellos años de fracasos, de llamar puertas. Prefiero el éxito. Es muy excitante el viaje, la aventura de superarte, de perseguir algo, de aprender para saber donde tienes que poner los pies. Hay una gran energía en todo eso, pero ahora es importante hacer otras cosas, mejorar en otros aspectos de la vida. Yo sigo con hambre de conocimiento, eso todavía existe en mí.

-¿Qué le emociona? ¿Qué tipo de proyectos busca?

-Cambia de un momento a otro. Para mí lo importante es terminar con el sentimiento del trabajo bien hecho. A veces, me inclino hacia una historia por la idea que la mantiene, o por el director, o por seguir un camino que me he marcado. Hay muchas transiciones en esta industria (el cine mudo, el color, la televisión, los deuvedé) y ahora nos enfrentamos a otra con las plataformas. Creo, sinceramente, que el futuro se presenta muy interesante.

-¿Con qué pregunta debe salir el público del cine después de ver «Ad Astra»?

-Espero que todos nos cuestionemos si hay una mejor definición de nosotros de la que tenemos, si podemos ser capaces de mejorar la relación con aquellos que nos quieren. Eso es lo que buscamos. Este ha sido el filme más difícil en el que he trabajado. La historia es delicada y cualquier espacio, ya fuera con la música o con la voz, podría obstruir la idea que planteamos o incluso hacerla demasiado obvia. Como productor he tenido cuidado de mantener el equilibro entre la trama y la delicadeza del contenido porque es un viaje íntimo del alma.