La ministra de Igualdad, sobre las supuestas infidelidades de Pablo Iglesias: «Cualquiera que vea nuestra rutina se reiría mucho, como les ocurre a nuestros escoltas y a la gente que trabaja con nosotros»
23 sep 2020 . Actualizado a las 20:49 h.«Quien se inventa esas cosas no conoce nuestra vida. Cualquiera que vea nuestra rutina se reiría mucho, como les ocurre a nuestros escoltas y a la gente que trabaja con nosotros». Así responde la ministra de Igualdad Irene Montero a una pregunta sobre las supuestas infidelidades de su pareja y el padre de sus tres hijos, Pablo Iglesias. Lo hace en una extensa entrevista en Vanity Fair en la que repasa alguna de sus últimas polémicas y habla del terreno profesional pero también del personal.
La ministra se defiende alguna de sus últimas entrevistas, como la concedida a una revista del corazón hace unas semanas, donde la acusaron de vestir prendas de lujo. «Mi suegra, que es abogada sindicalista, siempre nos explica que tiene la responsabilidad de ir tan bien vestida o más que los abogados de la patronal. Como si ser progresista implicara pasar penurias. Precisamente lo que la izquierda defiende es un reparto más justo. El acceso a la belleza es un derecho», asegura hablando de la madre de Pablo Iglesias.
También habla del acoso que llevan sufriendo desde hace tiempo y como está afectando eso a la vida familiar. «Hay momentos difíciles y la pareja no es indiferente a las situaciones de tensión, pero también puede fortalecer el proyecto común, porque te hace reflexionar sobre el sentido de permanecer juntos, el sentido de la familia y la importancia de los amigos. Que estos reaccionen arropándote, cuidándote, intentando hacerlo todo más fácil, eso es muy valioso», asegura.
En un terreno mucho más personal, Irene Montero asegura que en el ámbito de las relaciones de pareja «soy conservadora y no lo digo como virtud. Soy consciente de que soy así y no es una de mis prioridades de transformación…». Incluso responde a una pregunta sobre si alguna vez ha tenido relaciones con mujeres: «He probado diferentes cosas, claro… En la adolescencia, en mi juventud… Pero siempre me he sentido heterosexual».
También habla de su vida familiar que define como «bastante normal. Teníamos ganas de tener una familia. Hacemos juntos todo lo que podemos. Tanto Pablo como yo somos niñeros. Jugamos todos juntos en el suelo del salón». Aunque no niega que haya momentos de tensión: «No es sencillo con tres niños pequeños. Te puedes querer, ser una pareja engrasada y aun así, por la mínima chorrada, el cansancio, la saturación, puedes acabar mirándote y preguntándote: “¿De qué estamos discutiendo?"»
Además explica que precisamente al convertirse en madre se ha dado cuenta de cómo es su carácter. «Soy muy vehemente, muy poderosa en ese sentido, y controladora con todo. Procuro contenerme, trabajarme en ese aspecto para afrontar las cosas desde otra perspectiva. Tengo mi mala leche y también mis inseguridades, pero con los niños me doy cuenta del ímpetu y del carácter que tengo, aunque las decisiones sobre nuestros hijos son compartidas con Pablo, que se ha demostrado más hábil que yo en muchas cosas. Yo soy de empollar los temas, pero a la hora de ejecutarlos él mantiene la calma, es más capaz de llevarlo todo hasta el final», asegura.