María Lo, la gran favorita, gana «MasterChef» con un menú que cuenta su vida con referencias a Galicia

Silvia García Herráez / M. P. EFE / LA VOZ

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María Lo posa como flamante ganadora de «MasterChef»
María Lo posa como flamante ganadora de «MasterChef»

La gaditana de orígenes chinos tuvo un recuerdo para los cinco años que pasó en Galicia estudiando dirección hotelera

19 jul 2022 . Actualizado a las 13:04 h.

María Lo, la concursante que más ha exhibido su alto nivel a lo largo de todo el concurso, ha ganado la décima edición de MasterChef en una final con un menú homenaje a su vida en la que competía contra la salmantina Verónica quien se ha basado en las cuatro estaciones para elaborar su menú.

«Los sueños se cumplen, es la experiencia más ‘heavy' que me ha pasado en la vida. Estoy súper contenta de haber llegado hasta aquí, estoy en nube que no me lo creo», ha señalado emocionada.

La gaditana ha conquistado al jurado formado por Samantha Vallejo-Nájera, Pepe Rodríguez y Jordi Cruz, y a Ferran Adrià fundador de elBulli (3 soles Repsol) con un menú basado en los distintos momentos y lugares de su vida compuesto por un entrante de jugo de tomate y manzanilla, quenelle de atún de almadraba, cebolleta encurtida y falso caviar.

Un principal, cigala con esferas de apionabo, lentejas caviar y polvo de jamón ibérico, y como postre un bizcocho de té matcha y cremoso de chocolate picante, crumble de pimienta rosa, sorbete de lima, lichi y aire de lichi. En el plato principal concretamente María Lo hizo referencia a su paso por Galicia, donde confesó que había vivido cinco años mientras estudiaba dirección hotelera. Para ello escogió la cigala, que colocó en su propuesta en una mezcla también con Barcelona, donde reside durante los últimos años. 

Y el postre fue un recuerdo a sus orígenes chinos con el que homenajeó a su padre. 

«Tu menú ha sido totalmente equilibrado. Hay cosas por pulir en tu trabajo, pero con la humildad y los valores que tienes, podrás ser lo que tú quieras y feliz y realizada», ha dicho Jordi.

Precisamente la ausencia del padre de María Lo fue especialmente comentada. «Está muy mayor», decía la aspirante. Lo cierto es que hace apenas unas semanas la actual ganadora de MasterChef confesaba en su cuenta de Instagram que su padre había muerto. Fue a finales de mayo, casi un mes después de su fallecimiento, cuando María Lo contaba en redes sociales su reciente pérdida. «Mi padre se fue el pasado 7 de Mayo, tenía 83 años y siempre alardeé de la vida “eterna” que tendría por esos genes chinos y longevos. Pero no fue así», explicaba. 

«Lo que sí que fue, es que se marchó en el momento preciso que se tenía que marchar (si es que ese momento existe). Se marchó sabiendo quién era su hija, al 100 %, sin filtros. Aceptándome y yo aceptándole a él, entendiendo quién ha sido y por qué, por la vida que ha vivido. Esa vida que tenemos todos a nuestras espaldas y que te hace ser quien eres, con tus cosas buenas y con tus cosas menos buenas, pero al fin y al cabo tú. Supervivencia, se llama», añadió. 

«Me esperó, esperó para verme y finalmente poder irse, y creo que ese es el acto de amor más grande que pueda existir. Y con esa espera, me dio la oportunidad de poder decirle todo lo que siempre había querido decirle pero que por H o por B, nos callamos. Y él se fue sabiendo lo que lo quería y lo que lo admiraba, en paz por haber creado esa conexión tan necesaria antes de que alguien tan importante se vaya de tu vida», explicaba María Lo, dando a entender que se pudo despedir de su padre una vez que que terminaron las grabaciones del programa. 

«Mi padre era una persona súper especial, que vivía en su mundo, donde él se refugiaba. Era bueno, generoso y sobre todo, era una persona que cualquier cosa que hacía la hacía a través del amor. Me siento muy afortunada de haber visto su mirada llena de amor y de aceptación», añadía. 

La propuesta de Verónica

Por su parte, Verónica ha hecho una propuesta más medioambiental representando las cuatro estaciones del año y poniendo énfasis en el cambio climático a través de su postre hecho con un bizcocho de chocolate con crema de calabaza especiada y helado de apionabo y lima y crumble de castaña y tofe salado de haba tonka.

Como entrante ha preparado un licuado de guisantes, angulas salteadas, colmenillas confitadas, espuma de ajo y aire de espárrago blanco; y como principal un bogavante de algas y marisco, chele de crustáceos, bizcocho de coral, gel de sidra y salsa de yema de huevo.

«Lo que me has hecho sufrir para bien. Me alegro de haberte dicho el año pasado que ‘no', has vuelto con muchísima fuerza», felicitaba Pepe.

María Lo se ha hecho así con el título de ganadora del concurso, con 100.000 euros en metálico, la publicación de su recetario y la realización de un curso en el Basque Culinary Center.

De hecho, fue ella quien consiguió ponerse la primera chaquetilla de duelista gracias a su esfuerzo y concentración en el cocinado en el que había que seguir a un acelerado Carlos Maldonado (Raíces, Talavera de la Reina), quien no les ha dado tregua a la hora de replicar su receta de cigala con almendras, buñuelos de tortilla de patata y pasta fresca.

La gaditana se impuso a David quien estuvo atinado en varias partes del cocinado, pero a mitad del mismo se perdió y fue dando palos de ciego posteriormente. Aunque se impuso por encima de Adrián quien hizo elaboraciones a ojo para salir del paso y a una Verónica totalmente perdida y con una cocina muy caótica, cosa que criticaron los jueces. «Será difícil conseguir la chaquetilla con este plato, pero no tires la toalla», le dijeron.

No menos dura fue la prueba de exteriores, con el magnífico Celler de Can Roca como puesta de largo. Como novedad en esta décima edición, para juzgar los platos de estos tres finalistas, se han reunido en una misma mesa jueces de MasterChef procedentes de distintos países como Ecuador, Israel, Suiza, Polonia, Marruecos, Rumanía y Portugal.

Los tres finalistas se repartieron seis platos de los hermanos Joan, Pitu y Jordi Roca: Mar y montaña vegetal y raya mimosa (David); guisante al vapor de xarel lo y cordero con cuscús vegetal (Verónica); y toda la gamba y bosque lluvioso (Adrián).

Tras 230 minutos de prueba y los consejos de los cocineros, el jurado proclamaba a Verónica como segunda duelista de la noche. «¡Qué pena! No puedo sacarte ningún fallo a relucir y me machaca», bromeaba Jordi. «Has hecho un maravilloso trabajo y quiero que esta chaquetilla te la dediques a ti», añadía.

De esta manera, David quedaba en tercer lugar, logrando un curso de especialización de técnicas culinarias de vanguardia, de ocho semanas de duración en el Basque Culinary Center, y en cuarta posición Adrián, quien ha confesado que para él lo importante era que el programa le ha dado «de nuevo una vida».