El ataque del príncipe Enrique a la reina Camila: «Ciertos miembros de mi familia se han acostado con el diablo»

Martín Bastos

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El duque de Sussex niega ahora haber acusado de racismo a la monarquía británica y revela en una entrevista en televisión que ha decidido hablar porque «el silencio permite al abusador abusar»

09 ene 2023 . Actualizado a las 12:50 h.

El príncipe Enrique ha suscrito sus reveladoras memorias y las ha defendido con dureza en una entrevista difundida este domingo por la cadena británica ITV y conducida por el periodista Tom Bradby. El libro, titulado en inglés Spare (repuesto, que es como llama la aristocracia inglesa al segundo hijo del monarca) y en español En la sombra, sale a la venta este martes, 10 de enero. «38 años… 38 años de que mi historia sea contada por otras personas, con giros y distorsiones intencionales. Me pareció que era el momento de adueñarme de mi historia y contarla por mí mismo», ha dicho. Ha asegurado también que ha hablado porque «el silencio permite al abusador abusar».

«En estos momentos, no reconozco ni a mi padre ni a mi hermano, igual que probablemente ellos no me reconocen a mí», ha declarado el príncipe Enrique, que ha asegurado que es «posible al cien por cien» que haya una reconciliación con su familia siempre que «se asuman responsabilidades». No sabe por el momento si acudirá a la coronación de Carlos III, que tendrá lugar en mayo, ya que muchas cosas pueden pasar hasta entonces.

El duque de Sussex ha sido duro con su padre y especialmente con su madrastra, Camila, de quien afirma que tenía necesidad de rehabilitar su imagen tras haber sido la amante de su padre en su malogrado matrimonio con Diana. «Algunos miembros de mi familia se han metido en cama con el diablo para rehabilitar su imagen», asegura sobre la actual reina consorte, a quien acusa en su libro de haber contado cosas sobre él mismo y sobre su familia a la prensa británica a cambio de obtener ella misma un mejor trato en los medios y, a largo plazo, llegar a ocupar su puesto en la corona. A las preguntas del entrevistador acerca de especial tono crítico que emplea en su libro hacia Camila Parker, él afirma que no lo considera así. «¿Cáustico? No hay ninguna parte de lo que he dicho que sea cáustico hacia ningún miembro de mi familia, especialmente no hacia mi madrastra. Hay cosas que han ocurrido que han sido increíblemente dolorosas, algunas en el pasado, otras en la actualidad», ha afirmado.

«Nada de lo que he hecho a través de este libro o de otra manera ha sido con la intención de dañarlos o lastimarlos», ha declarado, para añadir que ni Carlos III ni Guillermo «han mostrado ninguna disposición a la reconciliación».

Los prejuicios de Guillermo y Catalina hacia Meghan Markle

La relación con su hermano mayor fue uno de los aspectos abordados en la charla. Enrique asegura que esta ha estado condicionada «por la narrativa distorsionada de la prensa británica y de alguna gente de su oficina [del príncipe Guillermo] que los alimentaba». Afirma que tanto el heredero como su esposa Catalina, quien este lunes cumple 41 años en medio de la polémica, etiquetaron a Meghan Markle desde el primer momento y «se llevaron mal» con ella debido a prejuicios exacerbados por la prensa británica. Afirma que su condición de «americana, actriz, divorciada y mestiza» fue «una barrera» para que fuera bien recibida. En el libro confiesa que su hermano mayor llegó a agredirle tras discutir con él sobre su esposa y tras calificarla de «grosera» y «abrasiva». «Será difícil para ti», le advirtió acerca de su boda con la exactriz.

El duque de Sussex niega ahora que él o su esposa hayan acusado a la familia real británica de racismo en la entrevista concedida en el pasado a la presentadora Oprah Winfrey. «No lo hicimos. Fue la prensa británica. ¿Dijo Meghan alguna vez que fueran racistas?», pregunta a su vez Enrique, que matiza que la preocupación de un miembro de su familia por el color de piel de su hijo Archie eran «prejuicios inconscientes», algo que él considera diferente del racismo.

Otra de sus revelaciones en el libro, y que confirmó en la entrevista, fue el hecho de que pidió que lo llevaran en coche por el túnel de París donde murió su madre, la princesa Diana, a la misma velocidad a la que viajaba el Mercedes que se estrelló en 1997 contra uno de los pilares. Fueron, dice, unos pocos segundos en los que contó todas las columnas de cemento y los latidos de su corazón. Se pregunta, además, si hubiese ocurrido lo mismo sin la intervención de los paparazi.

Enrique ha confesado en televisión que ha sufrido estrés postraumático tras la muerte de su madre en un accidente de coche en 1997. Revela que «solo lloró una vez» por su pérdida, durante el entierro, y que se sintió «culpable» por esa incapacidad de mostrar emoción, que atribuye a su restrictiva educación y la presión de su entorno. Afirma que suele ver vídeos sobre ella en internet pero no consigue derramar una lágrima.

En el libro dice que Carlos ni siquiera le abrazó cuando le comunicó la muerte de Diana, sentado en su cama en el castillo escocés de Balmoral.

Explica también que el hermano de la princesa, el conde Carlos Spencer, se opuso inicialmente, calificándolo de «barbaridad», a que Guillermo y Enrique, entonces de 15 y 12 años, caminaran detrás del ataúd de su madre durante la procesión pública por su entierro, un acto que afectó profundamente a los menores.

La entrevista de ITV ha sido una de un total de cuatro -el resto, con cadenas estadounidenses- que Enrique concede antes de la publicación de su libro. Según las filtraciones de la obra, que se publicó prematuramente por error en España aunque luego fue retirada de las librerías, en sus páginas cuenta que mató a 25 talibanes como piloto de helicópteros en Afganistán; que perdió la virginidad a los 17 años con una mujer mayor fuera de un pub lleno de gente y que ha consumido cocaína y setas mágicas.