Letizia Ortiz llevó a la esposa del presidente estadounidense a la tienda Castañer de Madrid. Fue durante la cumbre de la OTAN. Ese hecho tuvo repercusión en la calle de la Galera de A Coruña. «Gracias a la mujer de Biden vendí 200 pares de alpargatas de esa firma en 10 días. Soy el único establecimiento de Galicia que tiene toda la colección. Lo mismo que en la tienda madrileña de Claudio Coello. Sucedió algo similar con el famoso vestido de la empresa coruñesa Boüret que lució la reina. Las sandalias eran de Mint & Rose y despachamos muchísimas porque también trabajamos esa marca», destaca Jorge Pérez Naya, propietario de la tienda de calzado Loyna en la calle de la Galera. La fundó con un socio en el 2009 y el nombre es la unión de los apellidos de ambos. Desde hace dos años este coruñés de Eirís está al frente en solitario de este negocio rodeado de hostelería. «Comiendo por la zona me fijé en este local... Cerca hay restaurantes de moda y eso ayuda a que la gente pase y te vea», analiza.
Pasión por los zapatos
Me enseña un vídeo de su hijo de 7 años marcando un gol fabuloso. Se le cae la baba. Su otra pasión es el mundo del calzado. «Lo vivo. Me gusta mucho y tengo la suerte de dedicarme a ello. Soy un privilegiado. Lo que sucede es que estoy todo el rato viendo marcas, nuevas colecciones, novedades del mercado y mi mujer siempre me dice que deje de ver zapatos en el móvil», reconoce Jorge, al que muchos llaman Naya. Estudió en el Liceo y no fue un estudiante demasiado aplicado. Sus padres lo pusieron a trabajar. Su primer contacto con su actual profesión fue en la histórica tienda Calzados Marta de Santa Catalina. «Todavía tengo clientas de aquella época. Que me conocieron cuando estaba allí empleado y que ahora me siguen comprando. Me gustaría tener el negocio en la plaza de Lugo, pero los alquileres están disparados», asegura.
Con poco tiempo libre
Está él solo. No se puede permitir una gripe. Abre de 10.00 a 13.30 y de 17.00 a 20.30 horas de lunes a sábado. «Lo llevo bien y me está empezando a funcionar la venta online, que para esto tengo la ayuda de una persona. Sigo teniendo zapatillas de casa, pero lo fuerte son las alpargatas, zapatos, bolsos y complementos. Apuesto por firmas artesanas españolas que tengan en cuenta aspectos como la sostenibilidad. El verano fue buenísimo. Como cantidad de bodas se fueron aplazando por la pandemia se juntaron ahora y vendimos mucho, desde alpargatas a sandalias. No hay nada más elegante que una mujer con sandalias de tacón», sentencia. Aunque tiene poco tiempo libre, hay algunas cosas para las que siempre deja un hueco. «Los jueves juego al fútbol sala con los amigos y después tomamos una cerveza. Empecé a ir al gimnasio dos días por semana. Y los domingos voy a ver el partido de mi hijo. No tengo más tiempo», resume.
Menú de hamburguesas
Charlamos en el cercano café Marfil. Dice que le gusta todo tipo de música, que antes fumaba y lo dejó y que «el otro vicio que tengo no lo puedo contar», apunta con sonrisa picarona. No duda en afirmar que tiene casi tantos defectos como alpargatas y sandalias de marcas exclusivas. «En casa me dicen que soy un repugnante. Un pesado que repite las cosas una y otra vez. Pero también creo que soy buena persona», confiesa. Cuando le pregunto por su comida favorita se le agrandan los ojos. «Las hamburguesas me encantan. Mi favorita es la de Jaleo, que está al lado de mi tienda». Una y otra vez regresa a su tema favorito, el calzado, y explica por qué una pequeña tienda como la suya puede tener marcas tan destacadas. «La clave para ellas es que le cuidas el producto, lo muestras bien y lo vendes explicando todos los detalles. Aunque también vendemos zapatillas, nuestra línea es media alta», dice Naya.
El pulso de la ciudad pablo.portabales@radiovoz.es