Jesús Vázquez, imponente a los 57 años en la portada de «Men's Health»: «A partir de los 50 seguimos vivos»

P. V. REDACCIÓN

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El presentador ferrolano ha confesado en la entrevista un incidente con un «pulpo en un despacho» que intentó sobrepasarse con él, y habló sobre cómo «ese niño gordito y maricón al que hacían bullying» sigue dentro de él

24 mar 2023 . Actualizado a las 08:48 h.

Jesús Vázquez ha sido durante décadas uno de los presentadores más queridos y más deseados de la televisión española. El ferrolano comenzó con solo 25 años su andadura en la pequeña pantalla, y pronto se convirtió en un favorito de la audiencia por su energía, su simpatía y un físico que todo el mundo envidiaba. Ahora, más de 25 años después, el presentador lo deja claro: «A partir de los 50 seguimos vivos».

El ferrolano se ha convertido en el español de más edad en salir en la portada de Men's Health. A sus 57 años sigue demostrando que la edad no importa, y luce un cuerpazo imponente, en unas fotografías en las que posa semidesnudo.

Pero, como él mismo indica en la entrevista a la revista, no le fue fácil reconciliarse con la edad: «He tenido unos 40 muy difíciles y unos 50 complicados, pero ahora que ya voy viendo los 60 ahí en el horizonte, empiezo a asumirlo mucho mejor», asegura. Y no es para menos, ya que, como él mismo explica: «He llegado a los 57 sin envidiarle nada a esas fotos de hace diez años», las que hizo para la misma revista en el 2013.

La sesión le ha servido también para callar lo que él considera que está cada vez más extendido en la sociedad: el edadismo. «Existe una especie de rechazo a la gente que va cumpliendo años; no quiero decir que una fobia, pero sí que parece que a medida que te haces mayor, empiezas a dejar de ser interesante, de ser visible, de ser atractivo».

En la entrevista a Men's Health, Jesús Vázquez demuestra haber vivido las dos caras de la moneda de la forma física. A él le hicieron bullying cuando era solo un niño por tener un cuerpo no normativo, pero también se sobrepasaron con él en algunas ocasiones cuando ya tenía un físico escultural.

Su infancia no la olvida, y ese chaval que él era sigue ahí: «Ese niño gordo y maricón al que le hacían bullying también está en esta portada, porque está siempre, porque nunca se va, porque en el fondo eres tú». Y no reniega de él, sino todo lo contrario: «Estoy muy orgulloso de ese niño, de que fuera gordito, de que fuera maricón; no me cambiaría de orientación por nada del mundo».

Y, aunque no quiere erigirse como una víctima del MeToo, ha explicado que tuvo algún episodio desagradable en algunos momentos de su carrera: «Tuve un incidente con un pulpo en un despacho, que no voy a decir su nombre, que además era pulpo, ¿eh?, no pulpa». Por suerte, no fue a más: «Sentí que me estaban intentando envolver con los tentáculos y tuve que marcar límites y saber parar la situación a tiempo».

El presentador también ha tenido tiempo para una confesión, sobre una de sus últimas adicciones: «Tuve que desengancharme de TikTok; llegué un momento en que pensé: “¿Pero qué es esto? ¿vivo por y para una red social?” Y eliminé mi perfil. Me fui huyendo como un yonki que huye de la heroína».