El vaticinio de Carmen Lomana sobre la boda de Tamara Falcó: «Estará casada año y medio o dos»
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En El Rincón ultiman los detalles para el gran día de la pareja, mientras la novia ya habría realizado la última prueba del vestido
07 jul 2023 . Actualizado a las 19:06 h.Nadie es ajeno a la expectación que genera una de las bodas del año. La última en pronunciarse sobre el enlace entre Tamara Falcó e Íñigo Onieva ha sido Carmen Lomana, que hablado durante su asistencia a los premios Elle Gourmet sobre el que se ha convertido en su tema «favorito» en las últimas semanas. A un día de la boda, la socialité bromeaba con que ha puesto «una vela a Santa Rita, abogada de todas las causas imposibles, para que no se suspenda porque con todo lo que ha pasado...». Quedarse sin vestido, el mal estado de El Rincón o tener que despedir la soltería en silla de ruedas son algunas de los contratiempos que ha tenido que vencer la marquesa de Griñón antes de pasar por el altar y que parecen indicar que el matrimonio parece estar gafado.
Sin embargo, Lomana también ha querido destacar el rendimiento económico que podría sacar con dicho compromiso: «Tamara ya no llora, Tamara factura, porque con todo lo que ha pasado y ha aguantado todo, está encantada». Pero la empresaria va más allá, sobre la millonaria cantidad que le pagará la revista ¡Hola! por la exclusiva «se puede casar con el mismísimo Lucifer», aseguraba en declaraciones a Chance. «Esas cantidades me parecen un disparate, pero bueno, si hay gente que lo paga, fenomenal», reconoce, sin entender la expectación que se ha creado en torno al sí quiero de la marquesa de Griñón: «Qué país de necios tenemos».
Sobre una de las últimas infidelidades descubiertas de Íñigo con una policía nacional —que rompió su silencio hace unos días asegurando que el hombre estaba con Tamara por fama y que no entendía como no le dejaba— Carmen confiesa que son ya «lo último». Sin pelos en la lengua, reconocía: «Me lo creo todo, pero me ha parecido feo y que lo diga unos días antes, y encima lo de que no le pone (en el terreno sexual) me parece irreversible». Y apostaba así porque la pareja durará casada «como mucho año y medio o dos años». En cuanto a la posible maternidad de la hija de Isabel Preysler, decía: «Tengan niños o sin niños, que supongo que le pondrán empeño, harán lo posible por tenerlos».
Todo listo en el Rincón para el enlace del año
A pesar de las declaraciones de Lomana, quedan menos de 24 horas para el enlace y siguen con la incógnita de la asistencia de algunos de los invitados, como el hermano de Tamara, Enrique Iglesias. En El Rincón, propiedad de la marquesa de Griñón y su hermano Manolo Falcó, ya está todo listo para acoger el evento que más expectación ha despertado en los últimos tiempos. El palacio, ubicado en la localidad madrileña de Aldea del Fresno, se ha convertido en un hervidero de actividad para ultimar los preparativos de la cita en la que no faltará ni un solo detalle, puesto que los novios han pensado en todo para que el momento más feliz de sus vidas sea inolvidable tanto para sus 400 invitados como para ellos.
La pequeña capilla de la finca, con capacidad para solo 12 personas, es el enclave elegido para darse el sí quiero. El resto de invitados podrán seguir la ceremonia a través de una gran pantalla instalada en los exteriores, decorados con cientos de flores, entre las que destacan las hortensias y las peonías, flores favoritas de la novia.
La cena estará a cargo del prestigioso chef Eneko Atxa, cuyo equipo lleva trabajando en la finca desde hace varios días. Pero antes, habrá un exclusivo cóctel de espera al que no le faltará detalle: desde un showcoocking con numerosos aperitivos elaborados en directo —se especula con que Tamara podría participar y sorprender a todos en los fogones vestida de novia—, hasta una carta de diez cócteles inspirados en momentos y vivencias especiales para los recién casados. Posteriormente, un Dj y una banda de música en directo amenizarán la fiesta hasta altas horas de la madrugada.
Pero de la boda de no trascenderá ni un solo detalle ya que, para proteger su millonaria exclusiva, Tamara e Íñigo han prohibido a sus invitados que usen sus teléfonos. Habrá unas taquillas en una esquina de la finca para que todos depositen sus móviles y evitar posibles filtraciones de la celebración.
El vestido más esperado
Mientras se ultiman los preparativos en la finca, que tenían que ser supervisados por Falcó, aunque finalmente no ha sido así, los nervios afectan a sus últimas horas como soltera. Según fuentes cercanas, la marquesa está tan nerviosa por el importante paso que va a dar que ha preferido anular sus compromisos —incluyendo ensayar el baile con su futuro marido— y refugiarse en la tranquilidad de la casa de Isabel Preysler rodeada de su familia.
Sin embargo, a pesar de reducir su agenda al máximo, este jueves ha acudido a una cita muy importante en el Ritz: la última prueba de su vestido de novia. El director creativo de Carolina Herrera, Wes Gordon, y el diseño que Tamara llevará este sábado en su enlace llegaban a primera hora en avión privado a Madrid procedentes de Nueva York —donde se ha confeccionado el traje— y ponían rumbo al lugar donde tendrán lugar tanto la fiesta de preboda como el brunch posterior.
Aunque conseguían pasar desapercibidos, varios maniquíes en la entrada del hotel madrileño delataban la cita, a la que acudía a media tarde Tamara, acompañada por varios miembros de su equipo de confianza, para terminar de ajustar los últimos detalles, puesto que la socialité habría perdido peso en los últimos días a causa del estrés. Así la novia pudo verse por primera vez con el vestido, la tiara de la familia Falcó y los pendientes de Tous que lucirá en su gran día.
Con el pelo recogido en una sencilla coleta y con gafas de sol para evitar que sus ojos revelen cómo se siente en estos momentos, Tamara se ha limitado a sonreír a la prensa, evitando bajar la ventanilla y contar qué tal ha ido la prueba. A continuación, ha regresado a la casa de su madre, de donde no volverá a salir hasta este viernes por la tarde, cuando comenzarán los festejos de su enlace con una fiesta para los más íntimos en los jardines del hotel Ritz.