El rey emérito recoge el trofeo de las regatas de Sanxenxo, tras vencer con el Bribón

La Voz

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Volvió a compartir jornada de navegación con su hija, la infanta Elena, que embarcó como invitada en el Alibabá; don Juan Carlos podría prolongar su estancia en Galicia hasta después del martes

30 jul 2023 . Actualizado a las 19:24 h.

Apoyado en su bastón y sonriente, don Juan Carlos recogió esta tarde el premio que acredita al Bribón 500 como el ganador del Trofeo Hotel Carlos I de Silgar en la clase de seis metros. Tras haber quedado segundo en las pruebas del sábado, este domingo la embarcación que capitanea el rey emérito logró remontar y alzarse con el título de la prueba, puntuable para el V Circuito de la Liga Española, que de esta forma continúa liderando el equipo del exmonarca. La segunda posición de la regata de este fin de semana fue para el velero Alibabá II, y el tercer puesto, para el Aida.

El encargado de entregar el trofeo al emérito fue el alcalde de Sanxenxo, el popular Telmo Martín. Juan Carlos I estuvo acompañado por el resto de la tripulación de su velero, entre ellos su amigo y anfitrión durante su estancia en Galicia, Pedro Campos, presidente del Real Club Náutico de la localidad. 

El rey emérito a bordo del Bribón, poco antes de iniciarse la prueba
El rey emérito a bordo del Bribón, poco antes de iniciarse la prueba Mónica Irago

Pusieron así broche de oro a la jornada de navegación, que el ex jefe de Estado volvió a compartir con su hija mayor, la infanta Elena. Como ya hicieran el sábado, ambos llegaron al puerto deportivo de la localidad en el coche de Pedro Campos. Fue hacia las doce menos diez del mediodía, procedentes directamente del chalé de su anfitrión,en Nanín. El exmonarca vistió un atuendo muy similar al del sábado, uniformado para la competición con pantalón y chaleco oscuros, gorra clara, y camiseta blanca de manga larga. La infanta Elena, sin embargo, cambió a una gorra roja, y polo blanco de manga corta, con camiseta larga por debajo. Ambos con gafas de sol y sonrientes, repartiendo algunos saludos. La expectación de medios y curiosos era, en todo caso, menor que en días pasados.

La infanta Elena, esta mañana, en el puerto deportivo de Sanxenxo
La infanta Elena, esta mañana, en el puerto deportivo de Sanxenxo Lavandeira jr | EFE

Juan Carlos I se embarcó, con las dificultades y ayuda habitual, en el Bribón 500. Se puso a la caña, y hacia las 12.30 soltaron amarras para competir en la segunda jornada del Trofeo Hotel Carlos I de Silgar. Su hija, que el sábado navegó en una embarcación auxiliar, hoy lo hizo invitada a bordo de otra de las embarcaciones competidoras, el Alibabá II.

En esta tercera visita a España desde su marcha al extranjero, el padre de Felipe VI sí ha podido disfrutar de la navegación y la competición. En la de abril, la lluvia y el mal tiempo solo le permitieron hacerse a la mar un día. El resto del tiempo lo pasó en casa de sus anfitriones y amigos, Pedro Campos y Cristina Franze.

Está por confirmar cuándo dejará Galicia el rey emérito. Aunque llegó a barajarse este mismo domingo, todo apuntaba a que, si competía, el exmonarca preferiría dedicar el resto del día a descansar. Por el momento, no hay movimientos en Peinador, el aeropuerto vigués desde el que partirá. Fuentes próximas indican que es probable que prolongue su estancia al menos hasta el martes.

Visitas anteriores y apoyo de la infanta Elena

Juan Carlos I ha recalado en Galicia en todas las visitas que ha hecho a España desde que en el 2020 se instaló en Abu Dabi, tras verse salpicado por acusaciones sobre presuntos pagos irregulares en el extranjero y sobre su fortuna oculta. Entonces, el aeropuerto de Peinador fue el elegido para su salida del país.

El aeródromo vigués también ha sido el que lo ha recibido en sus tres regresos a España. El primero se produjo en mayo del 2022, en medio de una gran expectación. Ya entonces se alojó en la casa de Campos. Y, como en esta ocasión, estuvo acompañado por su hija Elena, que es la que más veces se ha dejado ver con él en estos tres años de autoexilio. En aquella visita, el emérito se dejó ver en distintos lugares de Sanxenxo, navegó por la ría, aunque no compitió, e incluso fue a ver un partido de balonmano en Pontevedra, en el que jugaba su nieto, Pablo Urdangarin. Se dejó fotografiar, e incluso dejó a la prensa una frase para la polémica. «¿Explicaciones de qué?», decía entre risas, al ser preguntado sobre si iba a dar algún tipo de respuesta sobre sus polémicas. Nada de eso sentó demasiado bien en Zarzuela, por lo que la breve visita que hizo a su hijo, el rey Felipe VI en Madrid antes de volver a Abu Dabi no fue del todo cordial.

Así las cosas, su segunda visita a España, la que hizo este pasado mes de abril, tuvo un perfil mucho más bajo. De nuevo escogió Sanxenxo como destino. Y de nuevo el chalé de Campos como refugio, del que no salió más que para navegar algunas horas a bordo del Bribón. A la prensa no le dio más que saludos y sonrisas, tras la ventanilla del coche o desde el pantalán. Fueron cinco días marcados por la discreción, y por la lluvia. Antes de volver a los Emiratos Árabes, recaló en Vitoria para hacerse una revisión médica.

Esta tercera estancia en Sanxenxo está siguiendo el guion de la de abril. El miércoles aterrizó en Vigo y se trasladó directamente a la vivienda de Nanín, de la que solo ha salido para navegar. Eso sí, en esta ocasión el buen tiempo le ha dejado tanto entrenar como competir.