El «homeschooling» o el debate entre desescolarización y aprendizaje vivencial

Amara Santos REDACCIÓN / LA VOZ

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Educar en casa en España es alegal y constituye una prohibición tácita, pero familias que lo practican piden regularlo

30 nov 2025 . Actualizado a las 16:55 h.

Estudiar en casa en España es una práctica que está en tierra de nadie, se considera alegal y constituye una prohibición tácita. En otros países, como la vecina Portugal, está regulada como «ensino doméstico»; mientras que en Australia y Estados Unidos es posible combinar la formación en casa y en el colegio.

Este asunto está de especial actualidad debido a la polémica creada en Italia por la decisión de una pareja angloaustraliana de vivir retirados con sus tres hijos menores en una casa de una zona boscosa, educando a los pequeños en la vivienda en lugar de llevarlos a un colegio. El Tribunal de Menores ordenó que los niños fueran transferidos a un centro de acogida, donde viven ahora junto a su madre.

Las asociaciones profesionales de pedagogos se remiten a la Ley Orgánica de Derechos de Educación (LODE), que establece que el derecho a educarse está basado en la escolarización y no en otro tipo de formaciones. José Manuel Suárez, presidente de la Asociación Profesional de Pedagogos y Psicopedagogos de Galicia (Apega), considera que «si no mandas al niño a la escuela no estás ejerciendo tus deberes de padre», a lo que añade que «la primera consecuencia de esto es la falta de integración del menor». Pese al difícil escenario, algunas familias optan por educar a sus hijos en casa.

Amaya Cáceres es abogada experta en derecho educativo y forma a sus hijos de 14 y 11 años en casa. La mayor, de 17, también lo hizo y ahora cursa un grado medio. La madre es madrileña pero se mudó a Ponferrada, donde conoció la crianza respetuosa gracias a una asociación de lactancia. «No quería perderme la crianza y bajé el ritmo de trabajo», cuenta.

Defiende que sus hijos «son lo más sociable del mundo y tienen amigos» y niega que este tipo de enseñanza les aísle: «Nuestra sociedad está montada de manera que se cree que solo se socializa en la escuela y eso no es así, educando en casa se generan adultos perfectamente válidos», expone. Argumenta que en el homeschooling «hay otro tipo de socialización» y basa las diferencias entre quienes van al colegio y se forman en casa en competencias emocionales, sociales y la ausencia de estrés asociadas a este segundo grupo.

Cáceres practica un «aprendizaje vivencial», que se realiza sobre el terreno. Cuando sus hijos eran pequeños «conocían las partes de una flor saliendo al campo o lo que era el Gótico en la Catedral de León», ejemplifica. En contra de las rutinas que miles de menores siguen cada día lectivo, en la familia de Cáceres son flexibles. Esta manera de vivir le trajo inconvenientes, claro, y tuvieron que enfrentar un proceso judicial por «abandono de familia» del que fueron absueltos.

Por su parte, Amparo García es historiadora, divulga temas de crianza respetuosa y métodos alternativos de educación en familia y publicó varios libros. Tiene un hijo de 15 años y una niña de 10 y viven en Madrid. Da a conocer que «otra educación en libertad es posible» y su familia se formó en casa hasta ahora, cuando los menores empezaron a ir al colegio.

Al principio, ella se encargaba de todo lo referente a sus hijos, apoyándose en una escuela online americana, además de recurrir a profesores para inglés o música. «No teníamos un horario estricto ni asignaturas cerradas, el homeschooling es más libre», defiende, aunque admite que la organización familiar para enseñar así es «compleja». «Cuando decides esto adaptas tu vida para ello; teletrabajar por la tarde para tener las mañanas libres», cuenta. Pero rechaza que exista una relación directa entre la educación en casa con el absentismo escolar, y subraya que su mayor anhelo es «dar la mejor educación a nuestros hijos».

El debate está servido, porque legalmente educar en casa no tuvo consecuencias para algunos padres pero sí para otros, como el reciente caso de una familia de Gondomar que fue multada por educar a su hijo en casa. Concretamente con más de 2.000 euros de sanción a causa de las «flagrantes carencias» didácticas que la jueza denunció que sufría el menor, y también por «abandono de familia», al haber sacado al niño, de nueve años, de un colegio público.

Fuentes de la Valedora do Pobo (la figura del Defensor del Menor en Galicia) apuntan a que los casos denunciados de este tipo se están resolviendo por vía penal, algo que está fuera de sus competencias. Fuentes del organismo confirman que no les llegaron quejas al respecto e inciden en que solo intervendrían en asuntos relacionados si la administración no cumpliese con sus obligaciones legales a la hora de actuar.

Estudios reglados españoles en el exterior: así funciona el CIDEAD

Pedro Carlos García es el director del CIDEAD, un centro que da la posibilidad de seguir estudios reglados españoles a residentes en el exterior. Para las etapas obligatorias y el Bachillerato se ofrecen sus servicios dentro de España únicamente a alumnado en circunstancias excepcionales que impidan que asista a un centro ordinario.

Actualmente, tiene unos 2.500 alumnos en enseñanzas regladas y de ellos, unos 1000, corresponden ciclos formativos y cursos de especialización de formación profesional. El principal requisito para poder matricularse es contar con la autorización expresa de la administración educativa competente en el lugar de residencia.

En Educación Primaria, ESO y Bachillerato tienen en torno a 500, 460 y 350 personas respectivamente, a los que se unen 74 docentes, algunos con dedicación exclusiva al CIDEAD y otros que también imparten docencia presencial en centros ordinarios. Estos profesores también atienden a unos 120 alumnos de Enseñanza Secundaria para Personas Adultas a distancia (ESPAD) y otros 90 a cursos formativos específicos para el acceso a ciclos formativos de formación profesional.

En cuanto a los perfiles, en Educación Primaria, ESO y Bachillerato son mayoritariamente residentes en el exterior (ciudadanos españoles o extranjeros con estudios previos en el sistema educativo español). Los porcentajes son 87%, 63% y 68% respectivamente. Entre los residentes en España sobresalen por número de alumnado los deportistas de alto rendimiento, alumnos de conservatorios de música o danza y estudiantes que itineran con empresas circenses. En las postobligatorias un colectivo significativo son los militares.

También se ha de tener en cuenta que en la enseñanza a distancia los currículum a impartir son los mismos que en la educación presencial, aunque lo que difiere es la metodología. «El aprendizaje es más autónomo y se requiere mayor autodisciplina y organización», aclara el director.