Juncker estalla y arremete contra la desidia abstentista de la Eurocámara

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PATRICK SEEGER

Sólo una treintena de eurodiputados acudió al balance de la presidencia maltesa

07 jul 2017 . Actualizado a las 19:04 h.

«El Parlamento Europeo es ridículo». Con estas duras palabras arrancó su intervención en la Eurocámara el presidente de la Comisión Europea,  Jean Claude Juncker, despojado ya de toda su paciencia.

El pleno debía hacer repaso a los seis meses de trabajo de la presidencia maltesa al frente de la UE, ante la atenta mirada del primer ministro de ese país, Joseph Muscat, pero solo una treintena de eurodiputados comparecieron en el hemiciclo de los 751 que pueblan la cámara. La situación desató la ira de Juncker, quien abroncó a la institución por la falta de respeto mostrada a un primer ministro: «Es muy ridículo. Saludo a todos los que están en la sala, pero el hecho de que solo haya 36 miembros aquí presentes en este debate demuestra que no es serio», manifestó con indignación antes de reprochar la actitud hipócrita e interesada de muchos de los ausentes: «Si el señor Muscat fuera la señora Merkel o Macron tendríamos la casa completa», señaló. Pero Muscat no es Merkel ni Macron. El desprecio con el que la Eurocámara lo despachó inflamó el ánimo de Juncker: «Nunca volveré a una reunión de este tipo. El Parlamento Europeo tiene que respetar a una presidencia aunque sea de un país más pequeño», zanjó.

Rifirrafe con Tajani

 El ataque frontal del luxemburgués fue repelido por el presidente de la institución, Antonio Tajani, quien visiblemente enojado le pidió moderar sus palabras: «No somos ridículos, le pido respeto. Es el Parlamento el que controla a la Comisión». Juncker protestó con su habitual tono mordaz: «Es que solo hay un puñado de miembros para controlar a la Comisión», deslizó sacando la sonrisa de Muscat y añadiendo más sal a la herida abierta entre ambos desde que Juncker apoyara al alemán Martin Schulz para el cargo que hoy ocupa el italiano.

«Entiendo que esté indignado, pero no debería responder a una falta de respeto con otra falta de respeto», le advirtió el líder de los Verdes, Philippe Lamberts. El jefe de los socialdemócratas, Gianni Pittella, arremetió contra el luxemburgués. «Sería mejor que dirigiese su ira contra el Consejo por su inacción», aseguró el italiano quien no quiso explicar en rueda de prensa por qué entre sus filas hubo tantas ausencias en el hemiciclo. «Cuando Juncker se enfada debería pensar en las reuniones del Consejo Europeo en las que no se toma ninguna decisión. Podría levantarse e irse, sería más últil», aseguró.

Una vez rebajados los ánimos, Tajani y Juncker se reunieron en privado para aclarar los sucedido y poner fin al fuego cruzado. «El presidente Juncker ha lamentado las palabras empleadas durante el debate. Asunto cerrado», explicó el portavoz de la Eurocámara, Jaume Duch. No es la primera vez que le llueven críticas a la Eurocámara, no solo por los desplantes de sus miembros y las sesiones semidesérticas, también por el absentismo de sus miembros.

Las españolas en el hemiciclo: Pagazaurtundúa y Estarás

Por unas razones o por otras, de los 54 eurodiputados que conforman la amplia delegación española solo un puñado estuvo presente en el debate. La diputada Maite Pagazaurtundúa (UPyD) y Rosa Estarás (PP) intervinieron durante la sesión. La liberal no ignoró el enfado de Juncker y sus gruesas palabras. Después de criticar la reacción de los Estados miembro en torno a la crisis migratoria, se dirigió al luxemburgués para decir que, a veces, los eurodiputados como los Gobiernos «también se ponen de perfil». La conservadora se ciñó a los temas del debate sobre la presidencia maltesa y no quiso entrar en el juego del luxemburgués.

El eurodiputado de Iniciativa per Catalunya Verds, Ernest Urtasun, fue el primero en reaccionar al malestar y las críticas: «Juncker lleva hoy algo de razón. No puede estar en el hemiciclo tan vacío en un debate con la presidencia, sea lo que sea», admitió en su cuenta de Twitter, en la que también trató de justificar ausencias como la suya: «Es verdad que diputados sin grandes delegaciones a veces tenemos dificultades para estar en todo». El catalán se encontraba reunido con otros compañeros del hemiciclo para cerrar una cláusula de un informe que se votó durante el pleno. Ese es el argumento al que se aferra la mayoría para justificar su ausencias respectivas, aunque muchos se negaron a explicar con tanto detalle por qué sus reuniones eran tan importantes como para ausentarse del pleno. El ministro de Exteriores español, Alfonso Dastis, salió al paso para respaldar a los eurodiputados: «No quiere decir que estén de paseo por Estrasburgo sino que están trabajando en otras áreas del edificio».