Alemania lleva al banquillo por perjurio a la ultra Frauke Petry

patricia baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

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JOHN MACDOUGALL | afp

El delito está penado con al menos seis meses de prisión

05 oct 2017 . Actualizado a las 07:33 h.

La justicia alemana no vacila a la hora de garantizar que todas las instancias del país cumplen los principios del Estado de derecho. Ni siquiera cuando para ello se ve obligada a procesar a un político. Menos aún si ese político resulta ser el rostro más visible de la ultraderecha, que acaba de desembarcar en el Bundestag por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, tras cosechar el tercer puesto en las elecciones generales celebradas hace algo más de una semana.

Así lo demostró ayer la fiscalía de Dresde, al anunciar que ha presentado una demanda por perjurio, un delito que el código penal alemán castiga con al menos seis meses de prisión, contra la exlíder de la formación xenófoba AfD. Frauke Petry deberá sentarse en el banquillo de los acusados como una ciudadana más, después de que el 17 de agosto el Parlamento del estado federado de Sajonia decidiera retirarle la inmunidad.

Se la acusa de haber prestado declaraciones falsas, estando bajo juramento, ante la comisión electoral de esa Cámara en noviembre del 2015. Al parecer Petry dijo que, tras un éxito en los comicios regionales del año anterior, los candidatos podían decidir si devolvían los préstamos para la campaña o los convertían en donaciones para su partido. Sin embargo está estipulado que, al salir elegido, uno renuncia al reembolso de tales anticipos.

Paralelamente, la fiscalía de Dresde investiga desde hace más de un año a Petry por su testimonio acerca de la confección de la lista con la que AfD concurrió a las regionales del 2014, ya que contradice al del tesorero de la formación, Carsten Hütter, cuyo expediente fue sobreseído en mayo. En cambio, la hasta hace poco copresidenta ultra acumula ya varias demandas. Petry, quien se mostró partidaria de que le levantaran la inmunidad, admitía haber cometido un error, al tiempo que apuntaba a un complot.

«Me culpan injustamente de haber mentido a propósito. La realidad es que dije lo que recordaba. De haberlo sabido, habría corregido mi declaración», pero al presidente del comité no le interesaba que lo hiciera, «para poder usarlo en mi contra», afirmó Petry, que la semana pasada anunció que deja AfD debido a las luchas intestinas con el sector más radical, representado por sus nuevos líderes, Alexander Gauland y Alice Weidel.

Petry, artífice de la capitalización del rechazo hacia la llegada de refugiados que tanto impulso ha dado a la formación islamófoba en solo dos años, tiene previsto fundar su propio partido. Por lo pronto también ha abandonado su escaño en el Parlamento federal, al igual que su marido, Marcus Pretzell, exjefe de AfD en Renania del Norte-Westfalia. El diario Bild revelaba ayer que al menos otro de los 93 diputados ultraderechistas, Mario Mieruch, les seguirá los pasos.

Entretanto, todas las fracciones se preparan para el 24 de octubre, cuando tendrá lugar la sesión constituyente del que será el Bundestag más fragmentado y con menor número de mujeres de las últimas dos décadas. La polémica gira ahora en torno al sistema de asientos, según el cual AfD estaría a la derecha del todo, seguida por los liberales del FDP, la CDU/CSU, el SPD, Los Verdes, y finalmente, La Izquierda. Un esquema que no gusta a los liberales, que insisten en no posicionarse en el tablero político.

Asimismo, queda por ver si los ultras se salen con la suya y presentan como vicepresidente de la fracción parlamentaria a Albrecht Glaser, exmiembro de la CDU y rechazado por el resto de partidos después de que el pasado abril calificara el Islam de «constructo» y negara el derecho a la libertad religiosa de los musulmanes.