Promover una alimentación saludable en los niños es básica para no distorsionar su relación con la comida

La mayoría come con la vista. Los hay que comen poco pero de todo. La inmensa mayoría solo quiere probar lo que le gusta. La alimentación infantil es un reto para muchos padres que no saben muy bien cómo comportarse cuando se sientan a la mesa. ¿Hay que obligar a un niño que es mal comedor? ¿Son necesarios los suplementos? ¿Si no le gusta, se lo hago en puré? Existen algunos falsos mitos que distorsionan la relación con la comida desde edades tempranas y que hay que desterrar. Promover una alimentación saludable desde la infancia es esencial para garantizar un desarrollo adecuado. No resulta una tarea sencilla, pero la información que te vamos a dar puede resultar útil a la hora tomar decisiones.

 ¿Debemos obligarle a comer?

Esa es una cuestión clave. Nuestro hijo no come o come menos de lo que nos gustaría, ¿tendríamos que presionarlo? Pues bien, la Asociación Española de Pediatría señala que obligar o presionar a los niños a comer no es recomendable. Esa actitud puede distorsionar la sensación de saciedad de los pequeños y hacer que coma más de lo que necesita, induciendo su sobrepeso o su posterior obesidad. Además se genera una relación con los alimentos negativa, que puede degenerar en aversiones alimentarias. Los expertos recomiendan dos trucos: paciencia y la perseverancia.

Si come poco, ¿le damos algún suplemento?

Muchos padres entienden que si sus hijos comen poco deben complementar su alimentación con suplementos nutricionales. Nuevamente, la voz de los expertos es clara. Si los niños tienen un peso y una talla adecuada y están sanos, no es necesario ningún tipo de suplemento. No obstante, antes de adoptar cualquier decisión de este tipo, es necesario consultar siempre con el pediatra. Hacerlo por tu cuenta puede generar el efecto contrario al deseado, porque puedes estar dándole un exceso de calorías innecesario.

Cuanta más leche, ¿mejor?

Dar mucha leche no es necesario para cubrir la ingesta de calcio. Las recomendaciones diarias oscilan entre medio litro y un litro diario. Si no hay ninguna contraindicación médica, es mejor servirles leche entera. Sacia más y su ingesta está vinculada con menores tasas de obesidad. Sin embargo, la leche no es imprescindible. Se pueden cubrir las necesidades de calcio con otros productos, desde derivados lácteos, como los yogures, a otros productos ricos en calcio que quizá no habías pensado, como las legumbres, los vegetales o los frutos secos.

Si no lo quiere, en puré

Los purés son una buena forma de que los bebés, a partir de los seis meses, comiencen a conocer los alimentos. Sin embargo, se recomienda que no sea la única textura a la que se acostumbren. Los pediatras aseguran que aplastar o cortar en trozos pequeños son buenas estrategias para que conozcan los productos. Aprenden a masticar de manera adecuada y contribuye al desarrollo maxilar.

La fruta, en zumo

Si no eres capaz de que coma fruta, le haces un zumo. Si esta es tu táctica, debes tener en cuenta que la Asociación Española de Pediatría alerta de que un consumo excesivo puede contribuir a que ganen más peso del necesario y a que aparezcan caries. La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria aconseja limitar el consumo de zumos a una sola ración diaria.

Cuidado con el desayuno

Es importante que aprenda desde pequeño la importancia del desayuno pero sin excederse con grasas, grasas saturadas, azúcares y sal. Es importante no obligar a desayunar mucho a los niños que no quieren y para aquellos que sí lo hacen, optar por alternativas saludables como el pan integral, frutas enteras o los lácteos.