El parchís, el juego con más éxito durante la cuarentena

La Voz PATROCINADO

PATROCINADO

Mientras millones de hogares compartían sus métodos de entretenimiento durante el confinamiento, el colorido juego consiguió colocarse en el podio de las actividades con más adeptos. ¿Por qué?

02 jul 2020 . Actualizado a las 12:36 h.

¿Qué tiene el parchís que a muchas familias ha conseguido conquistar durante los meses de confinamiento en los hogares? Entre multitud de challenges, TikToks, orden, limpieza, chapuzas caseras y juegos varios hubo uno que se impuso entre todos: el parchís.

Uno de los juegos por excelencia durante décadas ha logrado consolidarse como entretenimiento estrella por ser una actividad ideal para juntar a varias generaciones de una misma familia y por la sencillez de sus reglas. El parchís es conocido tanto por niños como por veteranos, es fácil de jugar para aquellos que lo hacen por primera vez y ocupa unas horas de tanto tiempo libre que ha habido en las casas mientras duraba la etapa más dura del estado de alarma a causa del coronavirus. Otro de los motivos es que en muchos hogares, al igual que hay una nevera o una mesa para comer, es muy común tener el típico tablero de parchís por un lado y juego de la oca por otro. Sin embargo, no tener el tablero no ha sido un impedimento ya que las nuevas tecnologías también ponen a disposición de los jugadores aplicaciones para jugar al parchís a través de una pantalla, compartida entre los habitantes de una casa o cada uno desde su propio dispositivo incluso traspasando fronteras entre unos hogares y otros.

La invención del parchís se remonta al siglo XVI cuando el conquistador Akbar el Grande inventó este pasatiempo en la India en torno al año 1570 para entretenerse en sus jardines a lo grande. Y decimos a lo grande porque, por aquel entonces, los parajes naturales posesión de Akbar el Grande servían de tablero gigante para el juego. Los dados eran un puñado de conchas que se lanzaban al are; las que caían hacia arriba eran las que contaban para avanzar en las distintas casillas o escalones. Precisamente, el número de conchas a lanzar al aire era de 25, numeral que en indio se pronuncia pacisi, que acabó derivando en el actual parchís.

¿Y qué se hacía con las fichas? En este caso, la solución fue algo impensable hoy en día: utilizar a doncellas del imperio como figurines que se desplazaban de una casilla a otra a lo largo de los jardines del conquistador. En aquella época, para ellas era un gran honor contar con el rol de ser piezas del juego y tener la posibilidad de llegar las primeras al trono de Akbar el Grande, en el centro del jardín. Como era de suponer, el premio adquirió tintes eróticos.

Reglas sencillas

Si por algo destaca el parchís sobre otros juegos es por la sencillez de sus reglas. Se puede jugar de dos a seis jugadores aunque la mayoría de tableros clásicos admite un máximo de cuatro. A cada jugador se le asigna un color y una zona del tablero desde la cual empezará a mover sus fichas en cuanto saque un “5” en el dado.

El objetivo es dar la vuelta entera al tablero hasta conseguir meter, con un número exacto, alguna de sus cuatro fichas en “casa”. Con cada ficha introducida en casa, se pueden avanzar 10 casillas con otras de las fichas que todavía siguen jugando. Y si conseguimos alcanzar la ficha de otro jugador y “comerla”, su pueden avanzar 20 casillas más y el contricante tiene que volver a colocar esa ficha comida en la casilla de salida.

En el parchís influye el azar de los dados, pero también se deben pensar bien algunas jugadas para debilitar a alguno de los contrincantes y poder sacar ventaja de ellos avanzando por las casillas.