Campaña sobre campaña

Jesús Iglesias
Jesús Iglesias REDACCIÓN

OPINIÓN

12 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando todavía se oía el eco de la campaña de las generales del pasado diciembre, la imposibilidad de formar Gobierno con los resultados que aquella votación dio, nos lleva a vernos inmersos de nuevo en otra campaña electoral, en un clima social que no se caracteriza por el optimismo: principios de semana el CIS publicaba la parte de la encuesta que no se refería a la intención de voto y en la misma se reflejaba que el 82,3% de los encuestados cree que la situación política es mala o muy mala, considerando un 40% que el panorama actual es peor que el de hace un año. Y no tienen mejor opinión respecto a la situación económica puesto que un 68,1% entiende que es mala o muy mala.

A esa sensación, muy justificada, que tienen la mayoría de los españoles se enfrentan los candidatos y es probable que, al menos una parte del resultado que obtengan, esté determinado por la respuesta que sean capaces de dar en estos días.

El PP presentó el lunes su lema electoral «a favor», a favor de ellos se entiende, y un curioso vídeo electoral en el que no queda claro si recaban el voto de los que tienen perro o de los que tienen gato; imagino, que el de ambos. Es comprensible que prefieran hablar de mascotas que del desempleo, los salarios o la situación de la sanidad, la educación y la justicia.

El PSOE pide un «sí», para convertirlo en un «no» a Rajoy, supongo que como una reminiscencia nostálgica del referéndum de la OTAN, en el que se salieron con la suya, es decir, que sigamos dentro. Esperemos que la cosa no acabe igual y no sea un «Rajoy, de entrada no».

Ciudadanos promete «algo mejor», lo cual, como compromiso y visto lo visto, no es gran cosa. También ha lanzado su video, en el que pretende hacer la encuesta del CIS y, como es lógico, les sale muy bien.

Y, Unidos Podemos, utiliza como símbolo un corazón multicolor y lanza como eslogan «la sonrisa de un país?, lo que no está mal después de tanto crujir de dientes, pero es arriesgado tomando en consideración el estado de ánimo de los votantes.

Además, a estas alturas, todos tenemos claro que esta campaña no va ser de guante blanco, sino más bien «a cara perru», como se pudo comprobar en el debate Rivera-Iglesias con Jordi Évole de árbitro y en los recados que están entrecruzando los candidatos. Probablemente ésta sea la primera campaña de todos contra todos.

Probablemente ésta sea la primera campaña de todos contra todos, a por todas, desde la de 1982. Es curioso cómo, igual que entonces, el PSOE recupera en su mensaje la propuesta de cambio, pero lo es más aún que Ciudadanos también quiera apropiarse de la negación de esa realidad que el PP ha ido configurando con sus políticas en esta legislatura. 

Si en 1982 el Partido Socialista utilizó la llamada al «voto útil» para recabar el apoyo del electorado comunista, hoy, consciente de que carecería de credibilidad la pretensión de repetir esa estrategia frente a Unidos Podemos, opta por retornar a las rancias esencias anticomunistas de sus líderes de la Transición para descalificar a quienes pueden lograr el sorpasso.

También en la derecha se percibe un cierto tufo  a nostalgia. Como Alianza Popular peleó por los votos de la UCD, la dirección del PP está dispuesta a llegar al «cuerpo a cuerpo» con Albert Rivera, en el fondo, carne de su carne y sangre de su sangre, para recuperar esa parte del electorado que les abandonó el 20-D encandilada con la nueva derecha, dispuesta a demostrar su novedad despojándose de la corbata.

Confiemos en que los votantes demuestren el 26-J una clara voluntad de superación de los desastres de la guerra económica y social en la que seguimos inmersos y que, al final, la hoja de ruta de esa transformación no la fije un homólogo de Don Fabrizio Corbera, príncipe de Salina.