Vendedores de crecepelo

Xabel Vegas
Xabel Vegas REDACCIÓN

OPINIÓN

18 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Las campañas electorales poseen sus propios códigos y sus propios clichés. Uno de los más habituales consiste en que el candidato del partido X pregona a los cuatro vientos que su objetivo es ganar las elecciones. De nada sirve que el sujeto en cuestión no tenga ninguna oportunidad de lograrlo o que las encuestas sitúen a su formación en el sexto lugar, por poner un ejemplo. Todos aspiran a ganar, o eso dicen. De ese modo se ahorran tener que explicitar a qué pactos postelectorales piensan llegar. El abuso de este tópico se ha convertido en un recurso tan absurdo como inútil y cualquier espectador con un mínimo de sagacidad se da cuenta de que forma parte del repertorio del político-vendedor de crecepelo al que tan habituados estamos. Y es que además, en el contexto de estas segundas elecciones, aquello de «salimos a ganar» en boca de alguien que no sea del PP provoca una mezcla de vergüenza ajena, hilaridad e indignación.

Unidos Podemos ha puesto fin a esa mentirijilla electoral. Hasta ahora son los únicos que han dejado claro quién desean que sea su socio tras los comicios. Haya sorpasso o no, han insistido hasta la saciedad en que el único pacto de gobierno que contemplan es con el PSOE. No existe otra posibilidad. No se molestan en vendernos la idea de que pretenden ganar las elecciones y superar en votos y escaños no sólo al PSOE sino también al PP, como si los ciudadanos no leyésemos las encuestas que se publican y no tuviésemos una idea más o menos clara del escenario político que puede surgir tras el 26J. Saben que decir tal cosa es sencillamente mentir. Y que los votantes están ya demasiado hartos de la mentira y de los candidatos que antes de las elecciones dicen que no pactarán con fulanito o menganito y después de ellas hacen exactamente lo contrario.

La mejor estrategia electoral es decir la verdad, habrán pensado los líderes de Unidos Podemos. Y han acertado de lleno. Eso explica en buena medida los magníficos resultados que les auguran todas las encuestas. Habrá seguramente muchos ciudadanos de izquierdas que no les voten por su anunciada intención del pactar con «la casta» del PSOE. Pero somos más, intuyo, quienes precisamente les votemos por ello; porque sabemos que es la única forma de construir un gobierno del cambio en España. Y abundan también los votantes tradicionales del PSOE que en esta ocasión apoyarán a Unidos Podemos apostando por un pacto de las izquierdas.

Pero además la estrategia de anunciar por adelantado cual es el pacto postelectoral al que aspiran ha logrado que Pablo Iglesias y los suyos sean capaces de diferenciarse de los otros tres aspirantes a inquilinos de La Moncloa. Unidos Podemos ha renunciado a la retórica de vendedores de crecepelo de Rajoy, Sánchez y Rivera y sus líderes han apostado por decir las cosas como son y no como desearían que fuesen. Han escogido una gramática electoral distinta a aquella que surgió en 1978 y que aún manejan PP, PSOE y Ciudadanos. Ya sólo por eso merecen la victoria. Una victoria, la de Unidos Podemos, que será la victoria de todos los ciudadanos si finalmente consiguen formar gobierno con el PSOE.