La hora de la responsabilidad

Tino Novoa EN LA FRONTERA

OPINIÓN

20 jun 2016 . Actualizado a las 15:26 h.

Si los datos de la encuesta de Sondaxe se confirman en las urnas el próximo domingo y si los partidos mantienen sus líneas rojas, dentro de una semana seguiremos como estamos desde hace meses: bloqueados y sin Gobierno. Los dos partidos que se presumen vencederos de las elecciones han polarizado tanto la campaña que ahora corren el riesgo de quedarse aislados en sus respectivas trincheras. Que en eso han convertido la política: en una guerra de trincheras que ha arrasado el territorio intermedio. Justamente la zona donde, en las democracias avanzadas, se encuentran las respuestas. Ocurre que en los últimos años hemos engordado la bola de la simplificación, la descalificación y la radicalización. ¿Consecuencia? Los españoles tienden a agruparse en los extremos, a hacer piña con los propios y negar el pan y la sal al contrario.

Esta actitud sirve a sus impulsores para liderar las encuestas, pero con ello cierran puertas al acuerdo con los demás. Ni Mariano Rajoy ni Pablo Iglesias tendrán más apoyos que los de los suyos, y en ambos casos serán insuficientes para gobernar. La corrupción y la prepotencia con la que ha gobernado el presidente estos años lo han aislado. Volverá a ganar, pero su partido no tendrá ninguna posibilidad de gobernar si él no da un paso a un lado. Iglesias quizá consiga su objetivo y supere al PSOE, pero con una arrogancia que ha roto puentes y un programa económico, territorial e institucional incompatible con el de los socialistas, no tendrá su apoyo por mucho que se empeñe. Y Pedro Sánchez ha hipotecado a su partido al vetar tanto a Rajoy como a Iglesias. El PSOE está en una situación muy difícil, pero en algún momento deberá abandonar su indefinición y rearmar su discurso.

Cada uno tiene sus razones, e incluso buenas razones, para justificar su postura. Pero es precisamente la capacidad de sacrificarse personalmente en aras de un beneficio superior lo que diferencia a los políticos de Estado de los políticos a secas. Es hora de hacer un ejercicio de máxima responsabilidad, incluso la renuncia personal, para propiciar un acuerdo de Gobierno después de las elecciones. Lo inadmisible es que se cronifique el bloqueo y nos lleve a unas terceras elecciones. Ese sería el mayor daño que se le podría hacer a este país.