Todo igual, pero mejor

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTE

OPINIÓN

27 jun 2016 . Actualizado a las 08:29 h.

El Partido Popular no solo ganó, sino que fue el único que subió en escaños. Es un buen resultado, aunque siga teniendo complicado formar Gobierno. El PSOE baja, pero consigue algo que todo el mundo daba por perdido: ser el principal partido de la oposición. Fracasó Podemos en su aspiración al sorpasso, y Pedro Sánchez obtiene una prórroga, al menos teórica. Su pérdida de escaños, en cambio, anuncia marejada en esa fuerza política. A Ciudadanos no se le encontró utilidad política, fue mejorando a lo largo de la noche, pero pasa a ser un partido poco trascendente, aunque siga siendo la esperanza de Rajoy para intentar la mayoría. Y Unidos Podemos sufrió una decepción que sus líderes no han podido disimular. Queda como estaba, su promesa del paraíso tiene que esperar y tampoco dio un gran resultado su alianza con Izquierda Unida.

Esto es, en trazo muy grueso, lo ocurrido ayer. La pregunta es si para este viaje hacían falta tantas alforjas. Mi opinión es que la situación política ha mejorado. Muy levemente, pero ha mejorado. Hoy es más fácil formar Gobierno que hace seis meses. Hoy, un pacto entre PP, Ciudadanos, PNV y Coalición Canaria quedaría a dos escaños de la mayoría absoluta. Y también parece más posible algún tipo de acuerdo con el Partido Socialista: depende del propio partido, con una Susana Díaz devaluada.

¿Qué ha ocurrido aquí? Muchas cosas a un tiempo. Ha ocurrido que a Rajoy le funcionó la apelación al voto útil contra Ciudadanos. Ha ocurrido que Unidos Podemos todavía no inspira confianza suficiente para entregarle la mayoría. Ha ocurrido que la sociedad española no es tan de izquierda como parecía en las encuestas previas. De hecho, salvo error, la mayoría parlamentaria es de centro-derecha. Y ha ocurrido, como estaba previsto, que hubo un voto de última hora, muy reflexivo, que seguramente se dejó influir por el brexit y por el miedo que aún produce un cambio como el sugerido por una alianza de Podemos y los comunistas. De hecho, la gran batalla ha sido la mantenida por el PSOE contra esta coalición, además de la citada del PP contra Ciudadanos.

Hay otros factores positivos en estas elecciones. Quizá el más importante a efectos de la estabilidad del Estado, y no solo del Gobierno, es que se aleja el fantasma del referendo en Cataluña, que Podemos llevaba en su programa. Lo peor que le podía ocurrir a este país es que un Gobierno complejo metiera a España en una crisis territorial agravada. Sumado todo, no sale un mal balance de estas elecciones. Pero ahora toca administrarlo. Y hay que pactar. Y hay fuerzas políticas que dan valor de oro a sus escaños. Se escribió un capítulo de la historia. Ahora queda lo más difícil, por no decir lo peor.