15 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El martes que viene se constituirán las Cortes. La pregunta que todos nos hacemos es si durarán sus señorías la legislatura entera o si la falta de acuerdos para investir a Rajoy nos abocará a unas nuevas elecciones en noviembre. Al PP se le nota que le interesa dejar pasar el tiempo con el fin de presionar a los demás, especialmente al PSOE. El Presidente del Gobierno en funciones parece pretender que su investidura salga adelante por la abstención de los socialistas pese a que en el Congreso hay una mayoría de fuerzas conservadoras (con diferentes puntos de vista, desde luego, pero al fin al cabo de la misma ideología). El problema está en el que el PP es un partido poco dado a negociar y prefiere optar a otras posibilidades.

He escuchado a lo largo de los últimos días a muchos compañeros del PSOE manifestar su opinión y debo decir que la mayoría de esas voces descartan radicalmente la opción de unas terceras elecciones. El mal menor, en su opinión, sería un gobierno de Rajoy en minoría. Muchos comparten de esta manera las palabras que pronunció el Presidente del Principado, Javier Fernández, en el Comité Federal del pasado sábado. Hago un inciso para mostrar mi desilusión por tener que volver a presenciar que, en un lugar donde supuestamente uno sube al atril a hablar con plena confianza ante sus compañeros, se ve que los hay más preocupados en filtrar las intervenciones, lo que provoca que uno piense que algunos parecen estar más interesados en perjudicar a un compañero que en garantizar que se exprese libremente en un foro destinado a pensar y reflexionar cuál es el mejor camino a seguir.

En cualquier caso, y ya que se han hecho públicas sus palabras, yo tengo que decir que pese a que me daría mucha pereza otras elecciones, considero que el PSOE debe cumplir con su compromiso de no apoyar al PP (abstenerse, a mi juicio, no deja de ser un apoyo encubierto). Nuestros diputados no pueden ceder «por responsabilidad» de Estado y debe ser Rajoy quien se curre su investidura. Son otros, empezando por el PP, quienes se tienen que poner a trabajar en la búsqueda una mayoría parlamentaria que les sirva sacar la legislatura adelante.

No es un escenario cómodo para nadie, y cualquier opción es mala o muy mala, pero en mi modesta opinión considero que quienes depositaron su voto en el Partido Socialista no lo hicieron para que Rajoy pueda gobernar. Es por eso que no le tengo ningún miedo (aunque sí pereza, debo reconocerlo) a unas terceras elecciones, porque los resultados son fruto de lo que la ciudadanía quiere. No tengo poderes que me permitan adivinar el futuro, así que desconozco si el PP obtendría la mayoría absoluta que algunos vaticinan. En cualquier caso es algo que la ciudadanía debe valorar: a veces fragmentar tanto las instituciones no fomenta el diálogo y el acuerdo sino el bloqueo, y en la actual coyuntura económica necesitamos gobiernos que puedan sacar adelante proyectos de diversa índole. El gobernar en minoría y no poder hacer nada no lo veo útil para la ciudadanía. Es por eso que mirando todas las opciones malas que tenemos a nuestro alcance, la que menos me desagrada es la de volver a citar a los españoles a las urnas. Veremos qué pasa.