Sí, presidente, un período de reflexión

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTE

OPINIÓN

14 jul 2016 . Actualizado a las 07:54 h.

Doscientos días después, algo hemos progresado. Rajoy y Sánchez por lo menos se respetan y se ponen mejores caras. Mantienen una conversación larga y no despachan su rechazo mutuo en un par de minutos. Ciudadanos ya no se besa con el PSOE, sino que está dispuesto a pactar leyes y reformas con el PP? siempre que sea otro el que renueve a Rajoy el contrato de alquiler de la Moncloa. Formalmente, el panorama es civilizado, pero la realidad es terca: si el PP tenía 137 escaños el día 26 de junio, 137 escaños sigue teniendo «a fecha de hoy», como dijo Pedro Sánchez, no sé si como muletilla o como anuncio de que la disposición socialista puede cambiar. Si ayer la disyuntiva era Gobierno débil en minoría o repetición de elecciones, hoy nos aproximamos más a la tercera votación. ¡Qué bien hace Núñez Feijoo en no concretar la fecha de las urnas gallegas! Pueden coincidir con las generales.

Esto vuelve a ser una película de suspense de incierto final. Solo hay un consenso verbal: nadie dice querer nuevas elecciones. Pero, ay, nadie revela cómo las piensa evitar y, desde luego, con el no socialista y la abstención de Ciudadanos son inevitables. En esas condiciones el «quiero gobernar» que ayer repitió Mariano Rajoy sonó como una manifestación de voluntarismo, pero sin medios; lo que se dice un quiero y no puedo. Creo que ha llegado el momento de proponerle una idea: si piensa, como dijo, abrir «un período de reflexión» con todos los partidos si no consigue ser investido, ¿por qué no adelanta ya esa reflexión colectiva? España ganaría claridad. Y él, como presidente, ganaría tiempo, que empieza a ser angustioso por la necesidad de marcar el techo de gasto para el año próximo, porque vamos por el camino de no tener Presupuestos y porque hay que organizar el impuesto de sociedades para adelantar el cobro de 6.000 millones de euros.

Y más allá de esos detalles materiales, España necesita esa reflexión para disponer de un diagnóstico de lo que nos pasa: por qué un partido que ha gobernado esta nación durante doce años es incapaz de reunir un solo apoyo parlamentario para completar su mayoría después de ganar claramente en las urnas; qué tipo de miedos atenazan al PP para no buscar intensamente y al precio político que sea los votos de Ciudadanos, que le permitirían un número de escaños parecido a los que tuvieron Suárez, Felipe González, Aznar y Zapatero; qué razones profundas (y no solo intereses) alegan los partidos que rechazan el voto positivo, sabiendo el daño que hacen al país en sus perspectivas económicas y a los contribuyentes en su confianza en la clase política? Sí, creo que hace falta esa reflexión ya. Y a ser posible, con luz y taquígrafos.