Xixón como excepción

Xabel Vegas
Xabel Vegas REDACCIÓN

OPINIÓN

23 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Si algo destaca en el discurso político de Podemos es su claridad expositiva. A diferencia de los dirigentes de otros partidos, que recurren casi siempre a un lenguaje oscuro y ambiguo que pretende ocultar las propias intenciones, los líderes de Podemos exponen sus posturas con claridad y sin ambages. Esta misma semana, en una entrevista para un diario digital, Pablo Iglesias expresó una realidad de esas que son obvias pero que los políticos evitan tocar. «A pesar de las asperezas y diferencias con el PSOE, creo que en este país, para que Podemos gobierne hará falta que tengamos un acuerdo con el PSOE y viceversa. El PSOE no volverá a gobernar en España si no es con un acuerdo con Podemos», dijo Iglesias. PSOE y Podemos se necesitan y difícilmente veremos un gobierno de cambio en España sin un acuerdo de ambas formaciones.

Esta realidad, que resulta tan evidente a nivel del Estado central, de las comunidades autónomas y de la inmensa mayoría de ayuntamientos españoles, es ignorada en Xixón. La posibilidad de formar un gobierno del cambio que expulsara a la derecha del consistorio xixonés, se vio truncada tras las últimas elecciones municipales por la negativa de Xixón Sí Puede a llegar a un acuerdo con el PSOE y con Izquierda Xunida.

Desde luego sobran motivos para elaborar una crítica justa y equilibrada al PSOE y a su gestión en las instituciones públicas. Pero en aquella ocasión, el argumento más utilizado no tuvo nada que ver con las políticas de los socialistas sino que se apeló a la posibilidad de que su candidato, José María Pérez, pudiera ser imputado en la causa abierta en torno a los sobrecostes del Musel. De nada sirvió que Pérez garantizase su dimisión en caso de que se abriese juicio oral contra él.

Hoy, más de un año después, José María Pérez sigue sin ser imputado en aquella causa y los xixoneses seguimos sufriendo un ayuntamiento de la derecha más casposa y populista. La posibilidad de dar la vuelta a esa situación está en el tejado del PSOE, de Izquierda Xunida, pero sobre todo de Xixón Sí Puede. Rectificar es de sabios y los concejales de esta formación harían bien en poner por delante el bienestar de los ciudadanos antes que cualquier otra consideración. Quienes creemos en un proyecto de cambio no podemos esperar a que Podemos, o sus distintas marcas electorales, obtengan mayoría absoluta para transformar la realidad que nos está tocando vivir.

Nos guste más o menos, el PSOE y Podemos están condenados a entenderse. Al fin y al cabo son las dos grandes formaciones de referencia de la izquierda sociológica de este país. En la práctica totalidad de ayuntamientos donde existía la posibilidad aritmética de expulsar a la derecha, los de Sánchez y los de Iglesias lo han entendido a la perfección. Sólo Xixón es la excepción, y resulta muy difícil de entender que, existiendo la posibilidad, no sean capaces de llegar a un acuerdo. Máxime teniendo en cuenta que la suma de los concejales de Xixón Sí Puede e Izquierda Xunida supera a los del PSOE, lo que permitiría a las fuerzas de la izquierda transformadora mantener un férreo control sobre las políticas municipales.   

Los ciudadanos de Xixón no se merecen el gobierno local que tienen. Merecen un ayuntamiento sensible a los problemas de la gente que más sufre, en el que las políticas sociales sean una prioridad inexcusable. Pero para ello necesitamos que Xixón Sí Puede, el PSOE e Izquierda Xunida lleguen a un acuerdo que desaloje a Moriyón de la alcaldía. Los xixoneses no entenderían que esta legislatura acabara con cuatro años de gobierno de la derecha.