El mesianismo comunista

OPINIÓN

21 ago 2016 . Actualizado a las 09:20 h.

Trotski fue asesinado en México el 21 de agosto de 1940. Como muchos de ustedes recordarán, fue un político ruso de origen judío, uno de los actores principales de la Revolución de Octubre, que permitió a los bolcheviques tomar el poder en Rusia en 1917, dando origen a la URSS. Su asesino fue un comunista español, Ramón Mercader, al servicio de Stalin. Mercader fue capturado, juzgado y condenado por las autoridades mexicanas a 19 años de prisión; liberado en 1960, el Gobierno soviético le otorgó la condecoración de Héroe de la Unión Soviética.

Aunque por momentos el alma se me llenaba de una enorme y asfixiante congoja, estos días he disfrutado leyendo El hombre que amaba a los perros, la obra en la que el cubano Leonardo Padura novela, con una fidelidad histórica y una profundidad psicológica absolutamente magistrales, el que sin duda fue uno de los crímenes más reveladores de la historia, de resonancias apocalípticas, la ruina de unos sueños y unas vidas.

Los políticos son efímeros, unos más que otros. Pero las consecuencias de su actuación se prolongan, para bien y para mal, en el tiempo. Me preocupa que no hayamos aprendido la lección, esa que nos dice que la ideología transformada en demagogia y dictadura arruina el alma de los pueblos. Y con la misma congoja, sufro por Venezuela y por tantos otros lugares en donde, en nombre del pueblo, se sigue sojuzgando, manipulando y atormentando al pueblo mismo.