Sánchez el ético y Rajoy el darwinista

OPINIÓN

02 sep 2016 . Actualizado a las 21:44 h.

Tendría que acudir al contumaz dictado que de la Ética hace la Filosofía para subrayar la numantina resistencia de Pedro Sánchez a las acometidas que desde tantos ángulos sufrió hasta el último momento para que facilitara la elección de Mariano Rajoy como presidente. El PP, a través de lenguas ponzoñosas, le sometió a un chantaje institucional inaudito, presentándole ante la ciudadanía como el supremo responsable de que este país siga sin Gobierno tras tres cuartos de año. Alberto Rivera, que se desvistió tras el traje carnavalesco que exhibió al pactar con el PSOE después de las elecciones de diciembre último, convino asimismo a Sánchez para que se aviniera y dejara expedita la candidatura de Rajoy, pero lo hizo con decencia, y acudiendo a la espantosa verdad, que «es mejor lo menos malo que lo malo», aunque esa verdad contiene otra, como un cuerpo moribundo contiene un virus exterminador, y esta verdad oculta es que el PP es peor que lo más malo. Incluso a Pedro Sánchez le presionaron algunos de los suyos, activos o no activos. Hasta el New York Times.

En estas circunstancias, que Sánchez se haya mantenido incólume en su rechazo a dejar el camino expedito a Rajoy es lo más decente que ha dado la política español en años. Porque ¿cómo olvidar la furibunda e implacable agresión del PP a millones de personas, pero no solo económica, también sanitaria, educativa, ideológica, legislativa-penal, etcétera? Porque el PP ha desahuciado la vida de tanta gente que permitir que siga en La Moncloa supondría respaldar lo contrario a la Ética filosófica, a saber: seguir haciendo daño. Pedro Sánchez, pues, acaba de anteponer la Idea de Bien a la gobernabilidad del país. Casi nada.

Estar otros meses con un Gobierno en funciones no es saludable, sin duda, pero al final ni el PSOE ni Podemos mostrarán las manos manchadas de sangre. Y el PP obtendrá los benditos seis escaños que le faltan en la muy bendita y cristiana festividad de Navidad. Y más, superará el solo ciento cincuenta diputados, y Ciudadanos crecerá también, y formarán un Ejecutivo a la medida de esta mayoría de votantes que creen en el darwinismo social, o sea, que el fuerte sobrevive y el débil se extingue. Naturaleza salvaje. Esta falacia podría, no obstante, burlarse si Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Alberto Rivera se avienen a darle una oportunidad a la Ética.