Cristina Coto, Isidro Martínez Oblanca y mi querida queridísima Genoveva

OPINIÓN

07 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«No es no, y qué parte del no entienden». «La reunión con el Señor Rajoy ha resultado perfectamente prescindible».

A nadie se le escapa que estas palabras han sido pronunciadas por el líder del Partido Socialista, don Pedro Sánchez, y creo que a poca gente se le escapa que las mismas han sido una clara manifestación de displicencia, no ya al sr. Rajoy, lo que si les soy franco me da lo mismo, sino hacia los ocho millones de votantes del Partido Popular y a otros que no lo han sido, lo que huelga dar calificativos a quien las pronuncia, por lo que diré solamente que como mínimo resulta poco edificante. Pero como yo no me represento nadie más que a mí mismo, sí le puedo decir al sr. Sánchez que su llamada en el día de hoy al sr. Rajoy, abriendo un turno de consultas, es un absurdo divertimento para distraer la atención sobre posibles responsabilidades políticas derivadas de su intransigencia; me refiero su No a la investidura de un candidato del PP, su No a nuevas elecciones y su No al pacto con los nacionalistas. El sr. Sánchez se está pareciendo cada día más el personaje de Genoveva en La casa de los siete balcones, de Alejandro Casona; aquella sra. cuya esquizofrenia la hacía responder que no a todo planteamiento, haciendo de esa expresión una alarde de orgullo pese a la imposibilidad de poder comunicarse con todo lo que la rodeaba, excepción hecha de un niño autista sobrino suyo.

A la vista de esta situación echo en falta un pronunciamiento más severo de los adversarios políticos del Partido Socialista, excepción hecha de dos personas. El señor Martínez Oblanca y la Señora Coto. Es curioso que el sr. Oblanca, de quien no puedo ocultar mi simpatía personal de hace unos cuantos años, haya dado un discurso de apenas un minuto en la fallida investidura del sr. Rajoy y, sin embargo, tras decirle abiertamente al sr. Sánchez que era un secuestrador de la política, en clara actitud severa, haya calado de tal forma que trascendió a nivel nacional como han puesto de manifiesto los medios de comunicación. Me da la impresión que tal intervención, si la comparamos con las que haya tenido Foro en el Congreso de los Diputados en la legislatura anterior, hace buena la expresión tan asturiana que dice: «caga más un buey que cien golondrinas». Por otro lado veo que no le va a la zaga la srta. Coto, cuando habla de sabotaje político a la postura del Partido Socialista en todo este asunto, a más de plantear, en relación a todo ello, los perjuicios que se le irrogan a nuestra comunidad.

Al margen del análisis de la posición referida del sr. Sánchez, veo que tal ha brindado a Foro la oportunidad de pronunciarse con palabras gruesas que no pasan inadvertidas y que ya empezábamos a echar de menos ante tanto circunloquio alrededor de los pronunciamientos de otras fuerzas políticas. Ciertamente Foro, en su adelgazamiento, tal vez haya perdido algo de masa muscular, pero indudablemente ha hecho disminuir de forma notoria el índice de lípidos y triglicéridos en sangre.