Doña Belén Fernández, don Roberto Sánchez Ramos (Rivi) y el Marqués de Villaverde

OPINIÓN

10 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Corrían los primeros años setenta y, en una de esas aburridas sobremesas del Palacio del Pardo, el Marqués de Villaverde le espeta a su suegro (Franco, ése Hombre): «Estoy muy preocupado, suegro. He recibido un anónimo de ETA». A lo que éste, esbozando una sonrisa sardónica le contestó: «Pero Cristóbal, si ya sabes que es de ETA deja de ser un anónimo».

Algo así deje entrever la sra. Fernández cuando critica vorazmente a Rivi por denunciar la recepción de anónimos injuriantes y amenazantes, respondiéndole que se deje de denuncias, que sea valiente y que diga el nombre de los que le enviaron los anónimos. ¿No se da cuenta la sra. Fernández de que si da respuesta aquél a su pretensiones, dejan de ser anónimos las misivas recibidas?

Miren; Rivi es un buen tipo, aunque nada tengo en común con su ideario político, creo que es cierto que ha recibido esos anónimos y que, aunque pudiera sospechar de donde provienen, no tiene datos suficientes para avalarlo. En cuanto a las palabras de la sra. Fernández, acompañadas de descalificaciones e insultos personales, son precipitadas y producto del más viejo estilo gabiniano. El insulto, las descalificaciones y el desprestigio personal del adversario han sido durante muchos años la máxima en la actuación de los Gobiernos Municipales ovetenses. Hoy tenemos otro gobierno en el ayuntamiento -líbreme El Cielo de avalar su gestión- y resulta que los de antes -porque siguen siendo los de antes- continúan utilizando las mismas tácticas insultantes y vejatorias. No obstante, confío en que el paisaje y el paisanaje en nuestras consistoriales, en especial en el Partido Popular, vaya renovándose con savia nueva que deje fluir otro panorama alejando el olor a naftalina. Sería deseable que alguno de los nuevos concejales del Partido Popular, de indudable prestigio y valía, empiecen a dar un paso al frente.