Una tregua con muchas excepciones

Miguel-Anxo Murado
Miguel-Anxo Murado EL MUNDO ENTRE LÍNEAS

OPINIÓN

20 sep 2016 . Actualizado a las 08:20 h.

Es raro en una guerra que una tregua convenga a los dos bandos. En el caso de la de Siria, no conviene del todo a ninguno. Al Gobierno de Damasco le obliga a permitir el paso de víveres a las ciudades rebeldes que ellos mantienen bajo asedio. Tampoco a los rebeldes les ofrece demasiado la tregua: el acuerdo firmado entre Moscú y Washington excluye del alto el fuego a los grupos considerados terroristas, Estado Islámico y el Frente Fatah al Sham. Y resulta que esos grupos constituyen el grueso de la oposición armada a Bachar al Asad. Por eso la idea era que Moscú forzaría a Damasco a dejar pasar los camiones de ayuda, y que Washington intentaría de nuevo el ejercicio imposible de separar a los rebeldes «radicales» de los «moderados». Se suponía que esto les dejaría a rusos y norteamericanos las manos libres para bombardear al Estado Islámico, que era realmente el objetivo del acuerdo.

Como cabía esperar, no está siendo así. Las ciudades rebeldes cercadas están controladas por los grupos excluidos de la tregua, por lo que Damasco ha obstaculizado la entrega de ayuda humanitaria sin que Moscú haya querido, o podido, forzarles. Y Washington, en vez de bombardear al Estado Islámico, ha bombardeado a las tropas sirias que lo combatían en Deir al Zur. Aparte de la gravedad del hecho en sí, el incidente ha permitido al Estado Islámico ocupar la colina de Jabal Thardeh, desde donde puede hostigar a su antojo el aeropuerto, que es la única vía de entrada de comida para los 150.000 civiles progubernamentales que están cercados en la ciudad por los yihadistas. Así que no solo no se ha resuelto ninguno de los dramas humanitarios sino que se ha creado uno nuevo. Es tan absurdo que resulta creíble que se trata de un error, como aseguran los norteamericanos.

Damasco tiene ahora una excusa más que razonable para poner fin a una tregua que no le convenía, y la oposición, que en su mayor parte no se beneficiaba de ella, tampoco la echará de menos. Pero quien sin duda lo celebrará si al final se rompe la tregua es el Estado Islámico, que ya se veía en el punto de mira de una campaña de bombardeo conjunta de Rusia y Estados Unidos. Han llegado hasta donde están gracias a las divisiones y desconfianzas que existen entre sus enemigos. Se ha vuelto a comprobar que esas divisiones y desconfianzas persisten.