La Dirección de la RTPA ha tenido a su cargo decidir los perfiles y las fuerzas que quieren darle a nuestra televisión autonómica. De ellos depende que los órganos estén integrados (o no) por personas del más alto nivel, con la suficiente solvencia jurídica, política y ética para responder adecuadamente a los diversos retos a los que hoy nos enfrentamos.
La decisión de postular a determinado candidato o candidata, constituye la oportunidad apropiada para preguntarnos si estas personas tienen los conocimientos teóricos y prácticos suficientes, así como las habilidades personales necesarias para tomar decisiones imparciales y ajustadas a la situación en la que nos movemos. Así, considero particularmente importante que los candidatos o candidatas tengan habilidades, facilidad para el diálogo con los diferentes «actores del Sistema» así como capacidad para resistir a las presiones provenientes de los diferentes sectores.
Hasta ahora, este tipo de procesos, se han calificado de poco transparentes y participativos, pese a que nunca se ha demostrado la existencia de opacidad o secretismo de dichos procedimientos, resultando insultante la afirmación de que la postulación de una persona dependa más de su cercanía con el poder ejecutivo, que de sus capacidades y méritos.
El debate sobre las características que deben tener los procesos de selección, puede ser muy amplio, y puede fomentar la discusión sobre las características que deberían tener, con la finalidad de ajustarlos lo máximo a los criterios de transparencia, pero obviar y querer «emponzoñar» la elección solo me lleva a una reflexión:
«Que se pongan delante de un espejo y lo mismo que están pidiendo ellos durante varios meses, que es absoluta transparencia, y absoluta responsabilidad a la hora de rendir cuentas, que lo hagan»