Atascos

José Francisco Sánchez Sánchez
Paco Sánchez EN LA CUERDA FLOJA

OPINIÓN

08 oct 2016 . Actualizado a las 10:19 h.

No sé si ocurre lo mismo en otras ciudades, pero en la mía cada dos por tres cambian la sincronización de los semáforos. Al menos, la de mis recorridos más frecuentes. Hace unos años me enfadaba mucho siempre que ocurría. Ahora ya no tanto. Primero, porque ya me sé todas las combinaciones, y si me cambian la más idónea, cambio también yo a un recorrido mejor. Luego, porque la diferencia entre un modelo u otro apenas altera en uno o dos minutos el tiempo que tardo en llegar. Pero hay una combinación de semáforos que temo, porque me deja sin salida alternativa y casi siempre aboca al atasco. No entiendo por qué lo hacen. A lo mejor, para mantenernos espabilados o para que nos sintamos sometidos.

Las políticas culturales actúan como semáforos: o dejan circular, es decir, o permiten vivir bien o producen colapsos. Solo los muy cortos no les dan importancia. Después de muchos años de defender lo contrario, ahora la natalidad está bien vista, pero siguen en rojo los semáforos culturales que podrían acelerarla y en verde los que continúan impidiéndola. La consecuencia es el atasco: queremos más nacimientos como comunidad y queremos menos como individuos. Solo una cosa se ha ganado: ya no se mira mal a quien se decide por una familia amplia.

No es poco, pero convendría ayudar a esos mucho más y, a la vez, promover sin complejos la cultura de la familia. Solo de ahí podemos esperar soluciones reales y sostenibles en el tiempo, arraigadas. Mejoraría, desde luego, nuestra salud demográfica, pero también nuestra salud a secas: tanto la física como la psíquica. Pero hay muchos que prefieren el atasco o que carecen de valor o luces suficientes para cambiar los semáforos.

@pacosanchez