Se avecina el tiempo de gobernar

OPINIÓN

12 oct 2016 . Actualizado a las 10:12 h.

Ni una sola organización empresarial se inclina por terceras elecciones y todas entienden que el PP debe ser estos días «delicado y generoso con el PSOE» para evitar otros comicios y que la oposición sea Podemos.

 Lo importante ahora, señalan, «es formar Gobierno, pactar reformas que duren en el tiempo y den seguridad jurídica, y aprender a negociar y convenir leyes día a día». En España -dicen- hay que lograr estabilidad para afrontar los grandes retos de estos tiempos, que son, a su juicio, el crecimiento económico y la competitividad, «porque estamos en un mundo en el que cada vez es más necesario el talento y la capacidad emprendedora»; la mejora de la calidad de nuestras instituciones, «para que el Estado sea eficiente»; la reforma profunda y pactada del sistema educativo, «donde carecemos de buenos y capaces especialistas en formación profesional dual y solo somos competitivos en ingenierías y medicina», y la recuperación de «los afectos en Cataluña en cuatro aspectos primordiales: lengua catalana, tan española como el gallego, el vascuence y el castellano; infraestructuras, fiscalidad y Estatuto».

Mientras se hacen las reformas pactadas, «que Ciudadanos madure»; que el PP y el PSOE desinfecten las sentinas de sus respectivas formaciones y «den paso a una nueva generación de políticos limpios, preparados, de calidad y bien pagados», y que Podemos nos termine de enseñar sus cartas y «permanezca fuera del Gobierno de España». Después, en tres o cuatro años, elecciones, nuevas mayorías, nuevas caras y «un nuevo impulso tan fértil como el que tuvimos desde el 6 de diciembre de 1978». España debe poner los cimientos de una cultura política al servicio del ciudadano y no de los partidos, conmilitones, amigos y familiares. Un Estado más eficaz, transparente y equitativo, y con más separación entre los poderes para que ni se sustituyan ni se invadan.

Si en enero hubieran primado los intereses generales sobre los personales, nos hubiéramos ahorrado las elecciones de junio y hace tiempo que el Gobierno habría estado en plenitud; las cámaras trabajando, Bruselas con un interlocutor sin muletas, el rey libre para recibir y hacer visitas de Estado y los contribuyentes con más dinero en el fondo común.

Y si hablamos de los políticos, Rajoy estaría preparando su relevo, Sánchez sin defenestrar y con tiempo, huestes y vitola para intentar su reelección en el 39.º congreso; Rivera con más escaños, e Iglesias con autoridad y tranquilidad en su patio de monipodio, y creyéndonos todos que su UTE está en creciente y no en cuarto menguante. Tanta estulticia y odio entre nuestra clase política no se había visto en España desde los años treinta, y por eso los españoles consideran que la falta de Gobierno les preocupa.