Otra de falsedades

OPINIÓN

25 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Últimamente, con mucha frecuencia he escuchado con un fastidioso tono doctoral que es muy importante para el desarrollo «equilibrado» de los hijos-hijas «la figura paterna».

Mas por fuerza de la ignorancia que porque sea lo cotidiano se habla de la «importancia» de la figura paterna para el desarrollo de los hijos-hijas, cuando en los hechos diarios, la ausencia del padre es lo normal.

En todo caso la paternidad-maternidad tiene, entre otras tareas, la clara función de proveer, de aportar a la sociedad de nuevos miembros y la formación de esos elementos se hace en el seno de la familia, con un trabajo de padres?madres que debiera ser de manera complementaria, en corresponsabilidad y colaboración, es decir, en conjunto, pero que en los hechos la mayor parte de ese trabajo recae sobre la madre y el padre lo único que hace, si es que eso hace, es ser el proveedor.

No es novedad que en la mayoría de los casos los padres no asuman el compromiso, la responsabilidad, la tarea de la paternidad, repartiendo equitativamente las cargas del hogar, la crianza, atención, los juegos, cuidados y la educación de los hijos-hijas, así como el  apoyo y acompañamiento de los planes particulares de la madre, de manera que muchas madres literalmente se niegan a sí mismas, cosa que ya es bastante nefasta y un muy mal ejemplo.

Entonces todo ese discurso vacío de la figura paterna, es solo eso, un discurso vano, a menos de que cuando se habla de esa figura añorada paterna es la mayoritaria en nuestra sociedad, que es el tipo irresponsable, que no sabe ni le importa el crecimiento de los hijos, que llega a la hora que quiere y como quiere, exigiendo los servicios de su esposa, como si fuera su esclava y que de hecho en muchos casos lo es.

Otras «cualidades» de esa figura paterna ampliamente difundida en nuestra sociedad, es la de ese padre borracho, desobligado, que pasa horas viendo la televisión, especialmente el espectáculo del fútbol, preparando a sus hijos para ser fanáticos de la miseria, mediocres de la «decepción».

En resumen reclamar eso de figura paterna como algo intrínseco a la familia, es buscar lo que mayoritariamente no ha existido, ni EXISTE aún en nuestra sociedad y que apenas hay algunos dignos y valientes botones de lo que un día será la humana manera de ser  padres?madres forjando en comunión un espacio propicio para los valores más elevados de la humanidad.