El PSOE es un solar

OPINIÓN

03 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

En España está mal visto ser de derechas y todo el mundo hace lo posible cuando habla para ser de izquierdas. Pienso que es algo que nos viene de la historia de este país desde sus inicios como tal. Sí el poder era corrupto, la dignidad humana te impedía apoyarlo y, por tanto, uno se encontraba en contra. Además, los intereses económicos y religiosos, la dominación del territorio y de sus gentes, la hacienda, etc. se ponía por encima de cualquier tipo de ética que se iba difuminando en las nieblas de un viaje a nunca jamás.

En las últimas décadas, y de acuerdo con los intereses regionales del poder y de la economía, el PSOE se ha ido apartando del concepto de la nación española, para sumergirse en una duda sobre su función nacional como partido político. Se ha perdido la visión ideológica sobre las nociones esenciales que sostienen a un territorio global, dividido por las Comunidades Autónomas y sus muchos derechos históricos, sean o no, solidarios.

El PSOE se ha resquebrajado al querer estar en todas partes para ayudar a la tendencia de la izquierda a conseguir sus propósitos, llegando a nuestros días, en donde en cada lugar hay un PSOE distinto, con intereses nacionales diferentes y contradictorios, y en donde, lo único que importa es no contaminarse con la derecha. Pero esta actitud ha enfermado al PSOE de gravedad. Era el partido de los ciudadanos con intereses de apertura a un mundo mejor, apegado a loa avatares de la vida diaria, pero con la mirada colocada en unos objetivos de mejora de la nación española en un futuro próximo y continuo. Hoy es un partido roto, cansado, aburrido, tozudo y lleno de viajas glorias a las que se pasea en procesión cuando hay fiesta. Y, más aún, no hay sustitución a esa terquedad, que sigue en la creencia antigua y señorial de que la izquierda es siempre mejor que la derecha.

El PSOE ha caído en el dogmatismo de izquierdas. Se le ha gripado el motor y no saben como solucionarlo. No hay mecánicos en el partido. La social democracia ha desaparecido y solamente quedan impulsos que son reflejos de una serie de corrientes eléctricas que se han aplicado a instancias ideológicas tan manoseadas que ya no sirven. No hay inspiración en su política, falta imaginación y surge la carencia absoluta de la idea del compromiso, categoría básica en la democracia de países tan históricos como nosotros, como por ejemplo, el Reino Unido.

El PSOE debe colocarse ideológicamente en una izquierda nacional. Debe aunar sus esfuerzos para reducir sus poco hilvanadas ideas a una ideología innovadora asentada en los problemas de toda la España actual. Debe abandonar sus intereses sobre la Justicia, la Comunicación, la Cultura, la Educación o la Religión dejando que estas áreas nacionales se manejen como entes independientes, a los que habrá que ajustar si se inclinan en contra del ciudadano en general.

El PSOE debe abandonar la idea de los territorios gobernados por los magnánimos barones regionales que anhelan convertirse en presidentes de pequeñas naciones y estados independientes. El PSOE tiene que apartarse de ese gran sentido medieval de la tierra, de sus siervos y sus conquistas, ya que la política no es la religión, en la Edad Media se mezclaba, en donde los buenos van al cielo y los demás al infierno, ya que ahora  no hay purgatorio.