De Calais a Aluche

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

07 nov 2016 . Actualizado a las 08:45 h.

¿Qué hacemos con ellos? Hemos intentado frenarlos con vallas y cuchillas pero su desesperación es de tal calibre que afrontan las heridas como un necesario peaje. Nos hemos negado a verlos hasta que su número ha convertido Calais, último punto a franquear antes de alcanzar la tan ansiada Albión, en una inmunda jungla de chabolas de plástico e instintos primarios desatados. Cuando hemos respirado de alivio pensando que el desalojo les permitiría acceder a un mínimo de supervivencia y dignidad, los hemos vuelto a ver acampando en los jardines de París. Los hemos encerrado para intentar determinar si sus circunstancias personales justifican que los admitamos, pero la lentitud de los procesos administrativos ha convertido en ollas a presión a los superpoblados centros de internamiento de extranjeros, donde, cada vez con más frecuencia, se producen conatos de motines.

Cada vez son más y nosotros tenemos menos recursos y opciones. Cuando los nuestros pierden sus hogares, cuando nuestros mayores tienen pensiones que no les permiten vivir con dignidad tras largos años de trabajo, cuando las familias tienen que decidir entre comer o pagar el recibo de la luz, es lícito pensar que primero nosotros y después los demás. También nosotros vemos cómo los jóvenes se ven obligados a emigrar. ¿Cómo acogerlos a ellos mientras los nuestros se van? Terrible tesitura determinar cómo ayudar cuando nosotros mismos necesitamos ayuda.