¿Qué es la libertad?

OPINIÓN

01 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La libertad es un ideal que se encuentra en el centro de la democracia y que colocamos como un opuesto a lo que entendemos como dominación arbitraria.

Para poder definir lo que es la libertad aplicada a nuestras vidas vamos a usar su opuesto, es decir, el concepto de dominación arbitraria al que entendemos como una libertad negativa que implica una conducta que rompe con el estado de derecho de un país. La concepción de la libertad política define a la libertad como una suerte de independencia estructural que contiene la condición de no estar sujeto al poder arbitrario e incontrolado de una autoridad. Esto quiere decir que la libertad se da en una persona o en un grupo humano que disfruta de ella hasta el extremo que ninguna otra persona o grupo tiene la capacidad para interferir en sus asuntos desde lo que se considera una base arbitraria.

Hay varios conceptos de libertad política: 1) La concepción negativa de la libertad en donde la gente es libre hasta que sus propios objetivos interfieren en sus deseos. Es decir, ser libres es dejar a la gente a su aire para hacer lo que deseen. 2) La concepción positiva de la libertad es la que aparece cuando una persona o grupo humano es libre para ejercerla en la medida de su propio control y desde la perspectiva de uno mismo.

Pero hay otro lado para hablar de la libertad política que podría definirse como «el imperio de la ley y no el de los hombres y mujeres». El poder sería arbitrario cuando no está basado en reglas, normas, procesos y principios que son de conocimiento común entre los ciudadanos de un determinado lugar. Es decir, se trata de la tradicional idea del «imperio de la ley». El poder es arbitrario cuando no busca el bien común y el estado de derecho por medio de expresiones democráticas que funcionen de forma estructurada en una sociedad democrática.

El nacionalismo puede ser una pose política ilimitada que, o bordea el absurdo en el mundo actual de las redes sociales, o que semeja una manera de ocultar sombras oscuras de una historia pasada que no se desea descubrir. Pero también puede ser una forma pasional de mostrar sentimientos en los que se mezclan las sensaciones de resentimiento, frustración y humillación que puede llegar hasta la patología. Por ello sus manifestaciones buscan el reconocimiento colectivo y el ser gobernados por su propio clan. Algunos teóricos del nacionalismo han señalado que se asienta en realidad en las necesidades humanas básicas, pero a las que se les ha añadido de muchas maneras un supuesto dolor por la dependencia, que humilla al nativo del lugar con referencia a un dominador, que parece omnipresente, algo así como el narrador de una novela.

Pero como firmaría Charles Louis de Secondat, barón de Montesquieu, la verdadera libertad supone vivir bajo unas leyes que nos protegen de cualquier mal o daño, mientras vivimos en libertad para hacer, cuanto más, mejor. Y que si obedecemos a estas leyes, que todos los ciudadanos de un país hemos consensuado, nos permitirá la más completa confianza y seguridad en el Estado.