Franquista a título personal

Luis Ordóñez
Luis Ordóñez NO PARA CUALQUIERA

OPINIÓN

18 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Tres cargos electos del Partido Popular acudieron (y fueron homenajeados en ella) a la cena de navidad celebrada por la Fundación Francisco Franco; un acto en el que se celebró la figura del dictador con poemas y proyecciones del NODO. Fueron dos alcaldes (los de Alberche del Caudillo, en Castilla La Mancha y Guadiana del Caudillo, en Extremadura) por negarse a eliminar referencias al tirano en los nombres de sus municipios y el diputado nacional por Extremadura, Juan Antonio Morales, por defenderlos con tesón. Ante el revuelo, porque tenemos aquí a un diputado nacional acudiendo a un acto de exaltación fascista y que en la cena aseguró que en las escuelas de ahora se «adoctrina» a los jóvenes y se les cuenta una versión «tergiversada» de la dictadura, Morales afirmó en su muro de Facebook que se sacaban las cosas de madre y de contexto y que, en todo caso, él había ido a la cena «a título personal».

¿Puede un diputado ser franquista «a título personal»? Morales cree que sí, él tiene una personalidad pública, que se sienta en su escaño de Congreso para cumplir y hacer cumplir la ley vigente y la Constitución democrática, y luego tiene otra alma subcontratada, una especie de Mr. Hyde falangista que se pone en pie a la entrada de la bandera nacional mientras canta el himno con la letra de Pemán. Quizá un día a Morales le pillen en un desfalco, en un caso de corrupción, o algo tan menor como una infracción de tráfico y nos pida que no se le juzgue como diputado sino que cometió la falta «a título personal», como si el Morales que se sienta en el Congreso y el que toma sus platos, postre y vino español mientras se pasan números para la lotería de navidad con terminaciones en 36 y 39 «en honor de la cruzada de liberación», fueran dos seres distintos.

A medida que pasan los días sin que el Partido Popular le exija explicaciones y la dimisión a su diputado tendremos que pensar que podrá presentarse como una formación política defensora de los principios constitucionales pero que «a título personal» ninguno de sus responsables cree sinceramente en ellos. En el fondo es la evolución lógica de esa tendencia acumulada desde hace décadas a desprestigiar lo ideológico como una carga, salvo que sea de una ideología conservadora, que entonces es algo «técnico» o «la única alternativa posible». Morales, y el PP en su conjunto mientras no le expulse, nos está diciendo que no se puede politizar la política, que eso del franquismo es lo normal, no se toca porque es como las estaciones del año y los fenómenos meteorológicos, está ahí desde siempre.

En la localidad de Callosa de Segura, en Alicante, un grupo de vetustos vecinos acompañados de varias decenas de militantes de extrema derecha, se ha dedicado a impedir la aplicación de la ley con total impunidad en la misma cara de la Guardia Civil. Protestan porque se vaya a retirar una cruz con los nombres de los caídos del bando nacional en los aledaños de una iglesia. No hay un solo detenido, lo cual es fascinante dada la soltura de la mano de las fuerzas del orden cuando las manifestaciones son de cualquier otro signo. Allí se ha cantado el Cara al Sol, se ha hecho el saludo romano, pero los convocantes aseguran que esto no tiene nada que ver con el franquismo, que no debemos creer a nuestros propios ojos. Los más vetustos dicen que están ahí en defensa de la cristiandad, que podría verse seriamente afectada toda ella por la retirada de una cruz en el exterior de una iglesia, que va a seguir ahí abierta todos los días con decenas de cruces dentro, con sus cristaleras si las tiene y sus confesionarios, su altar y su patena. No, lo que importa, de lo que depende la religión cristiana en todo el orbe, es de esa cruz de ahí fuera que, vaya casualidad, tiene grabados los nombres de los muertos de un solo bando de la Guerra Civil. Pero esto no tiene ninguna relación, no lo politicen. Si quieren ser demócratas auténticos séanlo a título personal, si tanto les gusta la democracia llévensela a su casa y no la saquen de ella, la calle es nuestra.