A Europa le pesan los siglos

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa CON LETRA DEL NUEVE

OPINIÓN

20 dic 2016 . Actualizado a las 07:21 h.

Cuando ayer Europa todavía estaba conteniendo el aliento por el asesinato del embajador ruso en Turquía, y algún osado tuitero ya evocaba el fantasma del archiduque y de Sarajevo, tuvimos que recordar otro episodio maldito de nuestra historia reciente: el atentado del pasado 14 de julio en Niza.

De nuevo un camión utilizado como arma rodante. Otra vez en un rincón emblemático del continente. Nada menos que en Berlín. Las víctimas: unos paseantes que, ajenos a las endiabladas e imprevisibles formas que acostumbra a adoptar el mal, recorrían a media tarde los puestos de uno de esos mercadillos navideños que cada año iluminan las plazas de Europa central.

Y así resucitaron anoche los fantasmas del terrorismo en el corazón del continente. Y volvimos a atisbar el largo espectro del horror dejándonos helada la nuca con su soplo letal.

Hay una expresión en alemán que significa algo así como «estar cansado de la historia». Solo Alemania, sepultada bajo el peso insoportable de su pasado, podría inventar esa frase. Pero en la zozobra de este primer tercio del siglo, no solo Alemania está exhausta de su propia biografía. Es a toda Europa a quien le pesan los siglos.

En momentos así, Europa recuerda a uno de esos boxeadores sonados que se tambalean en el cuadrilátero con la mirada y la vida perdidas. Hasta que dejemos de estar cansados de la historia, de todos nuestros siglos y de nosotros mismos, Europa seguirá vagando por el ring, buscando respuestas. Y lo único que encontrará serán preguntas, incertidumbres y golpes cada vez más demoledores.