Meryl y, sobre todo, Carrie

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

10 ene 2017 . Actualizado a las 08:19 h.

Meryl Streep es una leyenda. A mí me parece que sobreactúa, pero para gustos... Su discurso en los Globos de Oro dio en la diana. Era fácil. Fue un discurso de buenismo lleno de obviedades y lugares comunes sobre que la violencia engendra violencia y así. Todo para criticar a Trump sin citarle. Pero creo que vamos a necesitar muchas obviedades con Trump en la presidencia. Lo mejor del discurso de Meryl fue la cita homenaje a la princesa Leia, a Carrie Fisher: «Toma tu corazón roto y conviértelo en arte». Y ahí quiero llegar. Carrie Fisher fue mucho más que el icono de la princesa Leia, con el pelo convertido en ensaimadas, como orejas gigantes. Fisher escribió libros. Fue guionista y coguionista. Escribía con un puñal ensangrentado con su vida. Porque Carrie Fisher vivió. Vivió y malvivió. Y bienvivió. Pisó los límites. Para traducirles a los jóvenes lo que fue para ella ser hija de dos leyendas, la actriz Debbie Reynolds y el cantante Fisher, dijo: «Imaginad que sois la hija de Jennifer Aniston y de Brad Pitt y Brad Pitt se va en seguida con Angeline Jolie, que era Elizabeth Taylor, la mejor amiga de mi madre». Excelente manera de contarlo. Y es que Carrie, insisto, tenía al lenguaje amaestrado. Era increíble, siempre con el mejor filtro, que es el de la inteligencia. Sobre la inutilidad del rencor: «El rencor es como beberse un veneno y esperar a que la otra persona muera». Sobre la enfermedad mental: «A veces, ser bipolar es un reto agotador que requiere mucho aguante e incluso más coraje, así que, si estás viviendo con esta enfermedad, es algo de lo que estar orgulloso, no avergonzado. Deberían darte una medalla». Sobre juzgar a la gente y su vida: «Nadie es bueno o malo, sino una sana mezcla de ambas cosas. Y, a veces, la vida te da algo cuando te lo quita». Carrie Fisher fue mucho más que la princesa Leia. Meryl hizo bien en recordarla. Recordar, del latín volver a pasar por el corazón.