Si Trump quiere guerra, la tendrá

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente LA MIRADA

OPINIÓN

23 ene 2017 . Actualizado a las 07:56 h.

Donald Trump ha confirmado los augurios más negros sobre su presidencia. Quienes vaticinaron que se moderaría al llegar al poder se equivocaron de plano. Las primeras horas que ha pasado en la Casa Blanca son un reflejo de su inicua forma de actuar: mentiras, insultos y amenazas. Su simplista y maniqueo discurso inaugural, un cóctel explosivo de populismo, nacionalismo, adanismo y arrogancia, en el que dibujó un Estados Unidos tenebroso que él pretende rescatar; y sus primeras medidas, que desmontan lo mejor del legado de Obama, muestran la enorme peligrosidad que entraña que este sujeto esté al mando de la mayor potencia mundial. En su larga lista de enemigos, los medios de comunicación ocupan un lugar preferente. Les ha declarado la guerra. «Están entre los seres humanos (los periodistas, se entiende) más deshonestos de la tierra», aseguró en la sede de la CIA, cuyas prácticas comparó hace unos días a las de la Alemania nazi. Luego, su portavoz les advirtió de que «rendirán cuentas» por sus «noticias falsas». ¿Vuelve la caza de brujas, un nuevo macartismo? Está claro que Trump no soporta la crítica, en la línea de los caudillos de toda la vida. Pero, dicho esto, hay motivos para la esperanza. En primer lugar, porque los medios están dispuestos a resistir y denunciar sus tropelías. Pero, sobre todo, porque la sociedad civil no se rinde y le va a plantar cara, como demostró la histórica Marcha de las Mujeres. Nunca un presidente había suscitado tanto rechazo antes de empezar a gobernar. Se lo ha ganado a pulso con un discurso de odio que divide a los estadounidenses en dos bandos irreconciliables. Trump es una desgracia para EE.UU. y para el mundo. Un presidente que debe estar bajo vigilancia democrática. Si quiere guerra, la va a tener.