A quienes habláis de montaje, 40 años después

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTE

OPINIÓN

24 ene 2017 . Actualizado a las 08:49 h.

En días como hoy es cuando hay que preguntar a quienes demonizan la transición: ¿dónde estuvo el engaño, innobles desconocedores de nuestra historia más reciente? ¿De dónde sacáis que aquello fue un apaño de unos cuantos políticos -nada menos que Suárez, González, Carrillo, Fraga y un largo etcétera de estadistas- para simular un cambio? Mirad lo que pasó un día, uno más de la semana trágica de enero de 1977. Era, como hoy, el día 24. Adolfo Suárez llevaba solamente seis meses en la presidencia del Gobierno. Hacía veinte días que los ciudadanos habíamos aprobado la Ley para la Reforma Política en referendo. Se había desmontado gran parte del mecano del franquismo, pero todavía no se habían legalizado todos los partidos ni se habían celebrado las primeras elecciones democráticas. Y había un cerco histórico al avance democrático.

¿Quiénes estaban en ese cerco? Todos los que tenían armas: la parte golpista del Ejército, que planeaba golpes de Estado, y todos los terrorismos de la época. El de ETA, que entonces mataba a casi un centenar de personas cada año; el del Grapo, que aquella semana mató a policías y tenía secuestrados al señor Oriol, presidente del Consejo de Estado, y al general Villaescusa; el independentismo canario, con Cubillo al frente, y el de extrema derecha, que ese 24 de enero hizo la matanza de Atocha, con el terrible balance de cinco muertos en un despacho de abogados laboralistas.

Las jornadas siguientes continuaron los atentados, con el único fin de truncar la democracia. El presidente Suárez tuvo que aparecer en televisión para asegurar la continuidad del proceso democrático frente a ese asalto de los extremismos. El entierro de los abogados reunió a más de cien mil personas, que fueron como un segundo referendo por la reforma y un fantástico ejemplo de civismo. El rey Juan Carlos quiso contemplar esa manifestación y lo hizo desde un helicóptero. Esa mañana se jugaba literalmente la Corona y la culminación de su gran proyecto histórico.

¿Y hechos como estos son considerados por algunos de los nuevos políticos como parte de una farsa? Sí, señores, todos los hemos leído. Aunque solo fuese por respeto a los muertos, los de Atocha y los de toda España; aunque solo fuese por aquellas cien mil personas que dieron una lección de convivencia; aunque solo fuese por reconocimiento a quienes mantuvieron la disciplina de las Fuerzas Armadas cuando la extrema derecha reclamaba «Ejército al poder»; aunque solo fuese por una mínima justicia histórica, es innoble, es indecente decir ahora que todo aquello fue un montaje. Nunca entendí a qué viene esa mentira y esa falsificación de la historia. Menos mal que aún quedan testigos para defender la verdad.