La ley de la estiba sin ley

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

21 feb 2017 . Actualizado a las 18:40 h.

Los estibadores no mueven plumas. Mueven millones. Y ahí está la clave. Poderoso caballero es don dinero, que dijo el clásico. Pero la ley de la estiba no puede ser La ley del silencio, donde Marlon Brando terminó por los suelos con su linda cara machacada por las mafias. Hoy hay otra reunión crucial y el sector de los estibadores necesita llegar a un acuerdo. Lo necesitan los estibadores. Lo necesitan las empresas y lo necesita el Gobierno. Hay que seguir hablando, con el fiel del sentido común. No se trata de ceder a presiones. Pero Europa, con este nuevo lío, ha demostrado que es cada vez más incomprensible para sus derrotados ciudadanos. En Europa ya solo somos fértiles para conflictos, abono para brexit y extrema derecha. Europa es un continente para viejos. Un continente sin contenidos. Ya está dicho. O, en este caso que nos ocupa de los estibadores, con demasiados contenidos en contenedores distintos. Como ha subrayado el expresidente gallego y doctor en Puertos, González Laxe, la Comisión Europea exige aplicar en España lo que no hace en otros países. Textual: «Bruselas no puede imponer un criterio cuando no hay criterio». Y así nos va. Son tantas las cosas en las que no hay criterio en este civilización europea que se desmorona y que va camino de convertirse en un parque temático de museos y ruinas para los ricos de países emergentes. Vendrán los chinos y nos harán fotos como si fuésemos fósiles, dinosaurios de Grecia y Roma venidos a menos. Trabajar en la estiba es duro. Pero tampoco puede ser hereditario. Para llegar a acuerdos, todos tienen que ceder. Los cálculos dicen que paralizar los puertos cuesta cincuenta millones de euros al día. ¿Alguien quiere pagar esa factura/fractura?