Tras el disfraz

OPINIÓN

29 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Dentro del PSOE también tenemos políticos que solo esperan la elección del nuevo/a secretario/a general como quien espera la lotería. En este momento de permisividades múltiples de toda índole, parece que la relajación ha llegado hasta los cimientos del edificio político del partido. Ya no piensan en el futuro de las nuevas generaciones como deben hacerlo los buenos «estadistas». Solo les preocupa ganarse un sitio.

Estas personas son reconocibles porque no se definen por ningún lado, como quien teme a los bandos y quieren guardarse demasiado la ropa sin mojarse.

El objetivo de estos políticos, que no se mojan ni en verano, no está en los debates, sino en mantener la apariencia de normalidad democrática que les permita seguir en las instituciones; que la gente tome interés, sepa lo que vota e, incluso, ser gobierno u oposición, les importa mucho menos que seguir en la pomada.

Hay que tener muy poca conciencia de la responsabilidad social para solo prestarse a ser figurante. Cómplices de apagones, viven blindados de los medios, blindados de la gente, con sus silencios por bandera y nosotros/as, haciéndoles de mamporreros.

Digamos abiertamente a la gente que los políticos que huyen no son ni honrados, ni demócratas.

La negativa a rozarse con los diferentes bandos, a comparecer ante la prensa, es una deriva corriente en los políticos que temen la fiscalización mediática.

Mucho más grave ya que los compañeros/as, cómplices y miopes que se escabullen.