Españoles por el mundo

Beatriz Pallas ENCADENADOS

OPINIÓN

02 abr 2017 . Actualizado a las 10:16 h.

La hierba siempre parecía más verde al otro lado de la frontera en aquella idílica postal turística de Españoles por el mundo, que prepara ahora su regreso a TVE con el aval de haber sido uno de los grandes éxitos recientes del canal público.

Más allá del deseo de viajar, existe una cara B menos reluciente, como la que esta semana fue a buscar Buenafuente a Manchester con su especial Late Motiv: Volveremos. En él cuenta las historias de aquellos que se fueron para labrarse un futuro mejor, para huir de la crisis, de la falta de oportunidades y, por encima de todo, del descontento. El presentador salió de su plató cotidiano y cambió su taza por una cerveza para charlar con los emigrantes 3.0, los que pueden llamar a casa por videoconferencia pero ahora, en la era del brexit, viven pendientes de las oscilaciones de la libra para ir enviando el dinero a casa.

Podría haberse sacado a Buenafuente de su puesto para colocar en su lugar a Jordi Évole y el programa habría sido similar. El humorista David Broncano, como si fuera un nuevo Follonero, puso el contrapunto humorístico a la gris realidad. Igual que acostumbra a hacer Salvados, mientras los programas de entrevistas a famosos juegan ahora a arrellanarse en un mullido sofá, las charlas televisivas que quieren pisar la calle deben pasar por la mesa de un bar.