Mujeres y política

OPINIÓN

05 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Como en todos sitios, hay opiniones para todos los gustos.

Que ¿por qué cada vez más se hacen «actos de campañas» con mujeres?

Fácil, porque es un eje tan necesario como vital para incidir, una vez más, en algo que necesita de más y mejor atención. Pero un eje que aún sigue siendo noticia cuando no debería. Mientras tanto, se sigue en la lucha. ¿El objetivo? El mismo, sigue siendo el mismo: igualdad, más valores, mejores principios.

Las mujeres somos más del 50% de la población y, por tanto, no somos un tema más en política: somos el tema principal, en un mundo cambiante y con sed de justicia. Más mujeres, somos necesarias para más democracias y menos dictaduras. No sólo las políticas cambian el marco político. También las mujeres «entre bambalinas» marcamos la diferencia política.

Es hora de defender el género femenino en política, así como la feminización de las campañas electorales. El cuarteto en el que la mujeres hemos estado siempre enmarcadas ha sido: la casa, el convento, la cárcel o el manicomio. Es por eso, que se necesitan más estrategias y más política para ayudar a la mujer a empoderarse. Es por eso que hay que abandonar el modelo de déficit en el liderazgo femenino.

No podemos obviar que la sociedad se enfrenta a un gran reto: el que las mujeres seamos reconocidas entre nosotras de que podemos ser líderes. Cambios de conciencia, de organización, de cultura. No sólo depende de la reforma electoral. Es un esfuerzo también entre las mujeres.

Necesitamos una nueva política, más colaborativa y empática. Sin orden no hay campaña. El fin último no es democratizar las campañas, sino montar campañas invencibles. No es una exigencia ética ni de justicia, sino de no renunciar a todas las capacidades que pueden adaptar nuevos estilos. 

Ser feminista en el siglo XXI es el camino más directo y más rápido para hacer mejor política: Tenemos que aprender a feminizarnos en la vida personal y en la política, en la vida profesional y en nuestras campañas.  Los éxitos de las mujeres parecen menos éxitos en la actualidad: Se nos reconoce la mitad del trabajo, nos cuesta el doble llegar y permanecen la mitad del tiempo.  Para feminizar la política hay que inspirarse en las valientes. Hay que luchar contra los silencios, porque la lucha contra ellos es la primera a favor de la política. 

Gritemos pues: ¡Las voces son necesarias para la libertad!