¿Dónde están las mujeres pintoras de nuestra historia?

OPINIÓN

27 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Puede que alguien tras salir del Prado y ver las maravillosas obras de Goya, Velazquez, o Sorolla, dude de la presencia femenina en este arte. Pero tiene que quedar claro que «la presencia femenina no sólo ha existido, sino que en muchos casos ha sido muy relevante en su época, cayendo después en el olvido por razones que van más allá de su talento».

Quizá en muchos casos no conocemos el cómo, pero hoy sí sabemos que al menos muchas sí pudieron, no sin impedimentos, ser creadoras, pese a haber caído en el olvido de manera injusta, por el simple hecho de ser mujeres.

Las mujeres pintoras sí existieron, fueron relevantes, fueron conocidas y fueron olvidadas, muchas incluso tuvieron que ver cómo sus obras se atribuían a sus padres o maridos. Formaron parte de los movimientos artísticos importantes de occidente, desde la Edad Media, al renacimiento, el barroco, el clasicismo y por supuesto, las vanguardias. Pintando el apocalipsis en códices, naturalezas muertas en sus propios hogares, escenas costumbristas, retratos de reinas, la naturaleza, sus interioridades y todo aquello que podía estar a su alcance, ya que muchas no podían acceder como sus compañeros masculinos a todos los ámbitos de la vida pública y el conocimiento.

En la Alta Edad Media aparece la primera pintora que se conoce en la historia. Se llamaba Ende, e iluminaba códices en el siglo X, con miniaturas llenas de simbolismo. Durante muchos años se ha atribuido este nombre a un varón.

En el renacimiento, Sofonisba Anguissola cosechó éxitos que más tarde los libros de Historia del Arte obviaron. Tuvo contacto con Miguel Ángel en Roma, quien alabó su obra. También Vasari, uno de los padres de la Historia del Arte la valoró e introdujo como personaje de relevancia en su diccionario. Por ser mujer, no podía cobrar por sus obras ni firmar sus cuadros, lo que hizo que durante muchos años sus obras fuesen atribuidas erróneamente a pintores varones.

En el barroco, mujeres tan importantes como Clara Peeters y Josefa de Óbidos son sólo algunos ejemplos de los muchos que se conocen. Josefa de Óbidos no sólo fue mujer y artista, sino que fue la impulsora del barroco en Portugal y muy significativa para el desarrollo de este estilo en la península ibérica.

Existen infinidad de ejemplos para cada siglo de la historia del arte en occidente de mujeres que consiguieron salirse de la norma y ejercer un papel distinto al que la sociedad les había impuesto. La figura femenina no ha servido sólo de modelo y de musa.

Por desgracia, tendremos que seguir esperando a que se salte al otro lado del lienzo y las mujeres pintoras, reciban el reconocimiento que se merecen. De otra manera, la sociedad estaría perdiendo una parte muy valiosa de su historia.